martes, 17 de abril de 2012

ENTRAMOS EN EL REPOSO DE CRISTO.

Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Heb. 4: 9.
Si estáis dispuestos a aprender mansedumbre y humildad de corazón en la escuela de Cristo, seguramente os dará descanso y paz. Es una lucha terrible abandonar vuestra propia voluntad y vuestros propios caminos.
(foto. Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro Nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hech. 2:12).


Pero una vez aprendida esta lección, encontraréis descanso y paz. El orgullo, el egoísmo y la ambición deben ser vencidos; debéis ser absorbidos en la voluntad de Cristo.

Toda la vida debe convertirse en un constante sacrificio de amor, todo acto una manifestación de amor y toda palabra una expresión de amor.

De la misma manera que la savia de la vid circula a través de los tallos y los racimos, desciende a las fibras más bajas y alcanza a la hoja más alta, la gracia y el amor de Cristo deben arder y llenar el alma, enviando sus virtudes a todo el ser y saturando toda manifestación del cuerpo y la mente.-Carta 14, 1887.
(foto. Bendito el Señor, cada día nos colma de beneficios. El Dios de nuestra salud. Salm. 68:19).


Al ser colaboradores con Cristo en la gran obra por la cual dio la vida, encontraremos verdadero descanso. Siendo aun pecadores, él dio su vida por nosotros. Quiere que nos lleguemos a él y aprendamos de él. Así encontraremos descanso.

Dice que nos dará descanso. "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". (foto. Esta mi alma apegada a ti, Tu diestra me ha sostenido. Salm. 63:8).

Al hacerlo descubriréis en vuestra propia experiencia el descanso que Cristo da, descanso que resulta de llevar su yugo y portar sus cargas.-GCB 4-4-1901. 79
G. W.

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