EL VIAJE DE ELIEZER.

Y dijo: Oh Jehová. Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia en mi señor Abraham Gén.24: 12.

No hay cosa más hermosa en esta vida que la lealtad. La lealtad a nuestra esposa, a nuestros hijos, y sobretodo la lealtad a nuestro Dios. Es en este punto donde los hombre fallamos. 

Cristo es el ejemplo perfecto donde podemos mirar el ser humano. Prometió a su Padre ser leal y restablecer la armonía de Dios con el hombre. 

Vino a esta tierra y vivió una vida perfecta, cumplió lo que había prometido. Su mayor satisfacción fue cumplir su promesa y redimir a la raza humana. 

Eliezer fue siervo de Abram, habiendo sido criado en la religión de su amo y siendo el mismo un firme creyente del Dios verdadero. 

Eliezer oró en silencio pidiendo sabiduría, dirección y éxito en esta misión. Eliezer sabía que el camino hacia el trono de Dios siempre está abierto. 

Este siervo que ora es un ejemplo animador de los frutos del celoso cuidado de Abraham por las almas de su casa (cap. 18:19). 

La oración es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual. No puede ser sustituida por ningún otro medio de gracia, y conserva, sin embargo, la salud del alma. (M.J. 247-248). 

Bien conocía Eliezer que era grande su responsabilidad de volver con una mujer que fuera una bendición y no una maldición para la casa de Abraham, una mujer idónea para su esposo. 

Como padre e procurado inculcar la oración en mis hijos, y que ellos dependiera de Dios para buscar una buena esposa. 

“Yo estuve orando de los 19 años para buscar una buena esposa, la cual él Señor me la concedió. 

Dios me hace comprender cada día, la importancia de la oración. Desde que comenzó la enfermedad del Covid 19, estamos más unidos en la oración, y en el estudio de su palabra. 

Todas las noches hacemos el culto, como nosotros hay miles de cristianos que hacen lo mismo. En las grandes dificultades, la oración es el medio adecuado para ser protegidos por Dios.

Eliezer pidió una señal, y en la gran misericordia de Dios, se la concedió. Muchos de ustedes, an pedido a Dios que le contestara a una petición, y él Señor se le ha concedido. 

Cristo pidió fuerzas a su Padre para resistir la prueba y se la concedió. 

El trono de la gracia está a nuestra disposición. 

Al ser tentados, podemos huir a un lugar solitario, y clamar ante el trono de la gracia. 

Y sus brazos eternos nos rodearán. 

Ninguna prueba es tan dura, que no pueda soportar Cristo. Cristo nos hace una invitación: “venid a mi todos los que estén cargados y cansados”

MARANATA.

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NOTIFICACIÓN A LOS LECTORES.

Notificación: Estimados lectores: este blog se puede ver a través de https://s. Les pido que oren por este proyecto. Sal 62:7.