Las riquezas y la gloria están delante de ti, y tú señoreas a todos; y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas. 1º Crón.29:12.
Este texto en muchas ocasiones se ha tergiversado, dando un énfasis que no es. David en su oración declara que Dios es el único poderoso en el universo y en la tierra.
Vislumbro la gloria de Dios, lo que nosotros los mortales no hacemos. Las riquezas la grandeza y la gloria pertenece a Dios. David ver la indignidad e insignificancia completa del ser humano.
Con un espíritu de humildad genuina, dio toda la alabanza y honor a Dios.
El Señor Jesucristo antes de ir a la presencia del Padre, nos dio la oración que es el único poder en el mundo que desafía y vence a las leyes de la naturaleza.
David reconoce: ¿quien soy yo? El hecho de reconocer su propia indignidad y la absoluta incapacidad de él o de su pueblo para dar algo a Dios, a menos que Dios mismo les hubiere puesto en el corazón el espíritu de dadivosidad, y en las manos los recursos necesarios para dar.
David reconoce de lo que recibió de Dios debe administrarlo bien para que su pueblo no pase necesidades. Reconoce que la tierra y lo que hay en ella pertenece a Dios.
Que diferencia con los hombre de ciencia hoy día, rechazan a Dios en todos los campos, no dan gloria a Dios. “La oración no es solamente adoración; es también una invisible emanación del espíritu de adoración humano, la más poderosa forma de energía que uno puede generar. . .
Sus resultados son susceptibles de medirse en términos de un aumento del ánimo físico, mayor poder intelectual, más vigor y una compresión más profunda de las realidades que están a la bases de las relaciones humanas.
David comprendía el significado y el poder de la oración. La oración que se hace a Dios, bien sea por un pastor, un anciano, una ancianita, o un simple niño; llega al trono de la gracia con poder sustentador.
La oración con fe traspasa las fronteras del espacio, y las grandes galaxias, y su velocidad es de 300 mil K/s. Llega con con claridad al trono de la gracia.
Cuando oramos, pedimos que se nos conceda una porción de dicho poder. Y siempre el cristiano se levanta después de la oración fortalecido. Daniel salía fortalecido las tres veces que oraba al Señor.
Tú y yo, podemos ser fortalecidos de la misma manera.
Nuestra oración se debe de convertir en un abito diario. Debemos ora constantemente.
Vivimos tiempos peligrosos, y si no estamos sujeto a la vid, caeremos o nos convertiremos en pasas arrugadas que ya no bale para nada. Dios pone a tu disposición el mayor don. “la oración”.
Vislumbro la gloria de Dios, lo que nosotros los mortales no hacemos. Las riquezas la grandeza y la gloria pertenece a Dios. David ver la indignidad e insignificancia completa del ser humano.
Con un espíritu de humildad genuina, dio toda la alabanza y honor a Dios.
El Señor Jesucristo antes de ir a la presencia del Padre, nos dio la oración que es el único poder en el mundo que desafía y vence a las leyes de la naturaleza.
David reconoce: ¿quien soy yo? El hecho de reconocer su propia indignidad y la absoluta incapacidad de él o de su pueblo para dar algo a Dios, a menos que Dios mismo les hubiere puesto en el corazón el espíritu de dadivosidad, y en las manos los recursos necesarios para dar.
David reconoce de lo que recibió de Dios debe administrarlo bien para que su pueblo no pase necesidades. Reconoce que la tierra y lo que hay en ella pertenece a Dios.
Que diferencia con los hombre de ciencia hoy día, rechazan a Dios en todos los campos, no dan gloria a Dios. “La oración no es solamente adoración; es también una invisible emanación del espíritu de adoración humano, la más poderosa forma de energía que uno puede generar. . .
Sus resultados son susceptibles de medirse en términos de un aumento del ánimo físico, mayor poder intelectual, más vigor y una compresión más profunda de las realidades que están a la bases de las relaciones humanas.
David comprendía el significado y el poder de la oración. La oración que se hace a Dios, bien sea por un pastor, un anciano, una ancianita, o un simple niño; llega al trono de la gracia con poder sustentador.
La oración con fe traspasa las fronteras del espacio, y las grandes galaxias, y su velocidad es de 300 mil K/s. Llega con con claridad al trono de la gracia.
Cuando oramos, pedimos que se nos conceda una porción de dicho poder. Y siempre el cristiano se levanta después de la oración fortalecido. Daniel salía fortalecido las tres veces que oraba al Señor.
Tú y yo, podemos ser fortalecidos de la misma manera.
Nuestra oración se debe de convertir en un abito diario. Debemos ora constantemente.
Vivimos tiempos peligrosos, y si no estamos sujeto a la vid, caeremos o nos convertiremos en pasas arrugadas que ya no bale para nada. Dios pone a tu disposición el mayor don. “la oración”.
MARANATA.
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