martes, 6 de septiembre de 2016

HACIENDO LAS COSAS DE DIOS


Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que no es de ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos. Rom.2:14.
¡Cuan misteriosa y maravillosa son las actuaciones de Dios! Al par que escogió a los judíos como su pueblo especial, y les dio su propia escritura (la Tora) y los diez mandamientos para salud de las naciones, y como código de fe, no se olvido de los gentiles. 

Pablo reveló esto cuando escribió su epístola a los romanos, señalando que aunque los gentiles no habían recibido la ley escrita, el código divino de moral para la humanidad había estado entre los gentiles, que hacían por naturaleza las cosas contenidas en la ley estaba en sus corazones. 

¿Cómo era eso posible? Hay una sola respuesta posible. Deben ser guiados por el Espíritu Santo. Cicerón recalcó una gran verdad cuando escribió: 
“La verdadera ley es la justa razón conforme a la naturaleza, universal, inmutable, eterna, cuyo mandato nos impulsa al deber, y cuya prohibiciones nos refrena del mal”. 

Siendo un orador Romano del primer siglo A.C. No pudo, obviamente, ser cristiano, ni enseñar doctrinas cristianas, sin embargo la declaración de Cicerón corroboran las palabras de Pablo. 

Sin duda muchos romanos y muchos gentiles tenían un código moral que contenía las grandes enseñanzas de la ley moral. A través de los siglos, tanto como en los días de Pablo, ha habido personas que por naturaleza han hecho las cosas contenidas en la ley. 

Ciertamente la ley de Dios enseña que el hombre ha de ser honrado. Pero eso esta lejos de la realidad de este mundo. Su ley debe convertirse en conciencia para el hombre. Pero cuando la conciencia esta callada, no existe la ley. “ 

La conciencia -ha dicho un autor anónimo-- no es el libro de la ley en el tribunal, sino el juez. No hace la ley sino que la hace cumplir”. (A Treasury of Sermon Illustrastions p. 80). 

Si los gentiles conoce la ley, hace aquello oh deberían hacer lo que la ley ordena, 

¿qué nos queda a nosotros que tenemos esa ley,no solo escrita en nuestro corazón, sino escrita en el Libro de Dios donde podemos consultar diariamente? 

El conocimiento de la ley de Dios exige que seamos ejemplos para todos aquellos con quienes entremos en contacto. 

Nos desafían a llevar el mensaje de Dios a aquellos que no lo conocen. 
Si dejamos de hacerlo, ¿estamos haciendo las cosas contenidas en la ley? El Espíritu de Dios nos guiará, así como guía a los “gentiles que siguen su voz.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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