El Evangelio cristiano siempre ha sido transmitido por medio de personas o “testigos” que han tenido una experiencia con Cristo.
Lucas se refiere al poder sobrenatural que reciben únicamente aquellos sobre quienes desciende el Espíritu Santo (Luc.1:35; 24:39).
Este poder es para testificar de las nuevas del Evangelio. El ser testigo (Gr. mártus), es el que corrobora o testifica lo que el mismo ha visto u oído, o ha experimentado en su vida. Esto me recuerda a la Iglesia de Esmirna, donde sufrió durante diez días o diez año, según Números 14:34.
Esta iglesia fue y será un antes y un después para la iglesia de los últimos días. Fue perseguida por el emperador Romano Diocleciano, que promulgo tres edictos de muerte contra los cristianos.
El primer decreto fue en el año 303 y 304; éste prohibió la practica de la religión en todo el imperio.
En el año 305 y 311 la persecución fue en Oriente, donde Galerio y Maximiano mantuvieron la ley en vigor.
Y en el año 313 Constantino ceso la “persecución” (Eusebio, Op. Cit. XI XII ). Los diez años fueron decisivos para probar la fe de estos cristianos.
Estos mismos hechos se repetirán antes de la segunda venida de Cristo, persecución, intolerancia, cárceles, con la observancia que no abra muertos, ya que todos sus hijos estarán sellados.
Bajo el manto de un cristianismo falso, Satanás se introducirá en la iglesia para corromper la fe de los creyentes y apartarlos de la Palabra de la verdad. . .C.S. p.47-52).
Somos llamados a testificar por Cristo y declarar la verdad del Evangelio. John Hunt, un joven misionero, acepto ser misionero en la isla de Fidji.
El y su esposa testificaron de la verdad presente, muchos nativos se convirtieron y conocieron la esperanza de ver a Jesús.
El que quiere propagar la Palabra de Cristo en el mundo, debe esperar las consecuencias de los peores enemigos y falso profetas.
Lutero dijo: Sea donde sea que estalle el rayo, permanezco sin temor; ni una hoja del árbol cae sin el beneplácito de nuestro Padre celestial; ¡cuánto menos nosotros!
La segunda venida de Cristo es eminente, no sabemos el tiempo, pero las señales dadas en la Biblia son claras y concisas. Os ruego en el nombre del Señor Jesucristo, que prediquéis la palabra, a tiempo y fuera de tiempo, pues tiempos difíciles se avecinan.
MARANATA.
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