Muchos hijos de Dios tienen un
concepto del Espíritu Santo un poco equivocado. El tema del Espíritu
Santo siempre me ha fascinado, como obra en las personas y
transformando al ser humano.
A lo largo de este blog ose puesto como él Señor me ha guiado y me a salvado de muchos peligros por medio del Espíritu Santo.
Encontré una cita en el CBA.p. 562 que hace referencia a ser guiados por el Espíritu, dice la nota: No son hijos de Dios aquellos cuyos corazones son conmovidos de vez en cuando por el Espíritu, o aquellos que de cuando en cuando se rinde a su poder.
Y a griega. Dios reconoce como hijos suyos solamente a quienes continuamente son conducidos por su Espíritus. El poder guiador del Espíritu Santo que transforma y conduce a la persona debe ser constante en su vida.
A lo largo de mi vida cristiana he encontrado a personas que han tenido el llamado del espíritu Santo, pero con el tiempo se olvidaron de su pacto.
Otras fue el momento de
la emoción lo que le llevo a desear ser salva y transformada por el
Espíritu Santo, y después se esfumo como el viento arrastra las
nubes.
Cierto es que nuestra necesidad es la preparación del corazón. Lutero sostenía como axioma que: “ Quienes ha orado bien ha estudiado bien la Biblia ”.
No cedimos que los hombres no han de pensar ni usar su inteligencia; pero emplea mejor su mente en cultivar su corazón.
La oración es la base del cristiano, pero cuando hacemos una devoción rápida dan por resultado una fe débil, una convicción raquítica y una piedad dudosa. Estar poco tiempo con Dios significa ser pequeño para Dios.
La falta de oración hace el carácter estrecho, miserable y descuidado. Necesitamos tiempo para que Dios impregne nuestro espíritu. El privilegio de ser hijos de Dios corresponde únicamente a los que están siendo conducidos por el Espíritu.
Algunas personas son controladas por el materialismo o
el egoísmo, pero sólo aquellos que son guiados por el
Espíritu Santo a través de la oración saben realmente quienes son y a dónde van.
Cuando nos ha cerquemos más y más al tiempo final de esta humanidad, abra una gran diferencia entre los que están consagrados a Dios, y los nominales que profesan tener fe, pero niega su eficacia porque acusaran a sus hermanos.
Veremos grandes conversiones antes del fin, porque el Espíritu Santo tocara los corazones de los ex drogadictos, a las rameras, y a las victimas de la pobreza, porque todos ellos son llamados por el Espíritu a través de la oración humilde.
A lo largo de este blog ose puesto como él Señor me ha guiado y me a salvado de muchos peligros por medio del Espíritu Santo.
Encontré una cita en el CBA.p. 562 que hace referencia a ser guiados por el Espíritu, dice la nota: No son hijos de Dios aquellos cuyos corazones son conmovidos de vez en cuando por el Espíritu, o aquellos que de cuando en cuando se rinde a su poder.
Y a griega. Dios reconoce como hijos suyos solamente a quienes continuamente son conducidos por su Espíritus. El poder guiador del Espíritu Santo que transforma y conduce a la persona debe ser constante en su vida.
A lo largo de mi vida cristiana he encontrado a personas que han tenido el llamado del espíritu Santo, pero con el tiempo se olvidaron de su pacto.
Otras fue el momento de
la emoción lo que le llevo a desear ser salva y transformada por el
Espíritu Santo, y después se esfumo como el viento arrastra las
nubes. Cierto es que nuestra necesidad es la preparación del corazón. Lutero sostenía como axioma que: “ Quienes ha orado bien ha estudiado bien la Biblia ”.
No cedimos que los hombres no han de pensar ni usar su inteligencia; pero emplea mejor su mente en cultivar su corazón.
La oración es la base del cristiano, pero cuando hacemos una devoción rápida dan por resultado una fe débil, una convicción raquítica y una piedad dudosa. Estar poco tiempo con Dios significa ser pequeño para Dios.
La falta de oración hace el carácter estrecho, miserable y descuidado. Necesitamos tiempo para que Dios impregne nuestro espíritu. El privilegio de ser hijos de Dios corresponde únicamente a los que están siendo conducidos por el Espíritu.
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MARANATA.
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