“Nunca ni tu ni yo podemos
vivir en forma correcta, y hacer lo correcto, o estar en lo
correcto”.
Sabemos que Pablo se esta refiriendo a la justicia de la ley, el cual el aprobaba (cap. 7:16) y en la cual se deleitaba (ver.22); pero se dio cuenta que era incapaz de obedecerla sin Cristo.
Sabemos que Pablo se esta refiriendo a la justicia de la ley, el cual el aprobaba (cap. 7:16) y en la cual se deleitaba (ver.22); pero se dio cuenta que era incapaz de obedecerla sin Cristo.
Esto nos pasa a cada uno de nosotros. Pero el gran amor del
Padre, fue demostrado cuando envió a su Hijo a semejanza de carne de
pecado para que los hombre pudieran ser plenamente capacitados para
cumplir con la justicia exigida de su santa ley.
Pablo dice que no
hay ninguna condenación para aquellos que están en Cristo. El
propósito del plan de la salvación es poner la vida del hombre en
armonía con la voluntad divina.
Dios no dio a su Hijo con el propósito de cambiar o de abolir su ley, o para examinar al hombre de la necesidad de su perfecta obediencia.
Dios no dio a su Hijo con el propósito de cambiar o de abolir su ley, o para examinar al hombre de la necesidad de su perfecta obediencia.
La ley siempre se ha
presentado como una expresión de la inmutable voluntad de Dios y de
su carácter. Una persona que esta en Cristo es una nueva criatura, y
es transformada por el Espíritu Santo.
Esta labor no es la de un día, o un mes, o un año; es la labor de toda una vida.
Esta labor no es la de un día, o un mes, o un año; es la labor de toda una vida.
El Espíritu
Santo es paciente, y espera que le demos una oportunidad para que
estemos en Cristo y ser una nueva criatura. ¿Qué significa estar
“en Cristo”,ya que en la Biblia se menciona más de 160 veces?
El cristiano debe de seguir una conducta en la cual debe haber una
transformación entera, de la obediencia perfecta (Mat.5:48; 2º Cor.
7:1; Efe. 4:12-13 etc).
Dios requiere perfecta obediencia de sus hijos, y la perfecta vida de Cristo en su humanidad es la seguridad de
Dios para con nosotros de que mediante su poder también podemos alcanzar la perfección de carácter (PVGM 255-256; Hap.423).
Está es la gran obra del espíritu Santo, que aveces el cristiano no
lo comprende.
El Señor nos insta a que pidamos el poder del Espíritu Santo, esa es una labor tuya y mía.
El Señor nos insta a que pidamos el poder del Espíritu Santo, esa es una labor tuya y mía.
MARANATA.
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