viernes, 28 de septiembre de 2018

LA FRUTA DE LA DISCORDIA

Y mando Jehová Dios al hombre, diciendo. . . del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Gén. 2:16-17.
Este versículo ha sufrido terriblemente a lo largo de los siglo en manos de lectores superficiales. 

Para una gran mayoría de este mundo, parece poco más que una leyenda de un cuento mágico. Como lo es “Saladino”. 

La manzana de oro, que todos buscan para hacerse ricos, pero que no la encuentra. Es la manzana de la mentira y el engaño, de la soberbia y el orgullo, que esta en cada uno de nosotros, y que sólo Cristo la puede quitar (Prov. 25:11). 

La orden dada por Dios era clara y concisa, el hombre entendía el lenguaje de Dios. La orden era positiva Adán y Eva entendían la orden dada “podrás” y “no podrás” 

Tenían el derecho de disfrutar de todos los árboles del huerto; con la excepción de uno. 

Hay un país en el mundo que la lealtad es la base de una sociedad, de hecho es el país con menos tasas de criminalidad en el mundo, la que menos robo hay. 

¿Por qué? La lealtad a los principios establecidos por la ley son sagrados. Dios quería una obediencia a los requerimientos de su ley, dicha ley era el principio del amor de Dios. El fruto en si mismo era inofensivo(E.D. 22).

Pero la orden explicita de Dios de abstenerse de comerlo, colocaba aparte ese árbol para él como objeto de lealtad. Ese árbol era el conocimiento de la ciencia y del mal. Comer de el, es conocer el bien y el mal, y por ende la muerte. Lucifer quiso ser igual a Dios (Isa. 14:12-14). 

Quería demostrar que por sí mismo podría sostener la vida. El amor de Dios dio otra oportunidad al hombre , para pagar tal ofensa por la desobediencia a Dios, Dios mismo dio todo lo que más amaba. Su Hijo dio su vida por ti y por mi. Ese es el amor que el hombre no comprende. 

El dador de la vida dio todo lo que tenía. Pero a través de los siglos Lucifer, sigue engañando al hombre con sus ideas y sofismas, para desvirtuar la imagen de Dios. Cristo murió por la raza caída, pero dejo el sustituyo suyo, él Espíritu Santo, que convence al hombre de pecado y de juicio. 

Y es a través de esta obra que el hombre puede ser salvo para la vida eterna. Pero muchos toman su decisión como el astrónomo 

S. Hawking, que negó la existencia de Dios, y después de esta declaraciones por TV. Al año murió.

¿Para que le sirvió su conocimiento del universo? En el sepulcro no hay ciencia. Sólo en conocimiento de un Dios de amor infinito puede el ser humano llegar a ser salvo. Esta es la gran obra del Espíritu Santo, que estemos a la altura de Cristo.
MARANATA.
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