Gracias doy a
Dios, por Jesucristo señor nuestro.
Así que, yo mismo con la mente sirvo a la
ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado. Romanos 7:26.
He aquí un
conflicto, un choque entre dos fuerzas antagónica y
irreconciliables. El texto describe dos conceptos. Vemos a una
persona dividida a un hombre que esta constantemente en guerra, no
con otros hombres ¡No! Sino con sigo mismo. Se trata de una
inmejorable autobiografía, porque créase o no el hombre descripto
no es otro que el mismo gran apóstol. No resulta fácil pensar en
el apóstol Pablo interviniendo en una guerra sin cuartel.
La otra evidencia
textual (cf.p.10) se inclina por el texto “gracias a Dios” Pablo
no da una respuesta directa a su pregunta: “¿Quién me librará?”
Tampoco dice por qué da gracias a Dios; pero sí está claramente
indicado por el contexto. Lo que ni la ley ni la conciencia puede
hacer, ni la fuerza humana sin recibir ayuda puede hacer, puede
alcanzarse por el plan del Evangelio.
Si piensas que estas
palabras exponen el caso con exagerado vigor, debes prestar atención
a lo que se nos dice de Pablo en T.S. t. 3 p. 299: “Su voluntad y
sus deseos estaban cada día en conflicto con la voluntad de Dios. En
vez de seguir sus inclinaciones, hacía la voluntad de Dios, por
desagradable y penosa que esa cruz fuese para su naturaleza”.
Pablo era un
brillante erudito. Como joven resuelto,vivió “conforme a la más
rigurosa secta” de los fariseos (Hech. 26:5). Pocos lo igualaba en
instrucción y celo. Desarrolló un odio fanático hacia los
cristianos y, aunque tuvo una notable conversión, aún había en su
vida un largo camino de santificación y crecimiento cristiano que
debía completar.
Estoy convencido de
que Pablo supo por propia experiencia en la lucha que cada uno
debemos de enfrentar, especialmente la persona reflexiva y de mente
aguda, para llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a
Cristo. Era el más osado de los pensadores; sin embargo, dejó todo
sus pensamientos a los pies de Jesús. Este era el concepto que
tenía Pablo de la libertad intelectual: La libertad en Cristo.
El apóstol logró
la victoria más poderosa de todas cuando, mediante la influencia del
Espíritu Santo, derribó las fortalezas y ciudades del falso
razonamiento y las impuras imaginaciones engañosas que pervierten la
mente. Esto exige coraje y capacidad, y dependencia absoluta de la
gracia de Dios.
Hoy es el día oportuno para que tu y yo utilicemos estas armas proporcionadas por Dios a fin de logra la subyugación de nuestra naturaleza y someterla por completo a la voluntad de nuestro Salvador, Jesucristo. Quede anotado este día en el registro de nuestras vidas como el de la victoria más grande en la batalla más grande contra Satanás.
Promesa.
“Hay siempre
ángeles presentes donde más se necesite, con aquellos que tienen
que pelear la batalla más dura contra el yo, y cuyo ambiente es más
desalentador” (HH. 37).
Maranata.
http:/juadaislacris.blogspot.com
http://segunda
venida apocalíptica. blogspot.Com
la
Biblia a través del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario