Jehová te guardará
de todo mal; él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu
entrada. Desde ahora y para siempre. Sal. 121: 7,8.
Nuestro texto
constituye una maravillosa promesa. Apoya además la doctrina de que
la santificación y la justificación son el resultado de la fe. El
Señor nos libra del mal. Guarda nuestras almas.
Nos recuerda que
la constante protección de Dios no se refiere sólo al peligro
físico, sino al peor de todos: Al espiritual. En el Padre nuestro
encontramos esta frase: “Líbranos del mal”. Una mejor
traducción sería: “Líbranos de todo mal”.
Jesús puso mayor
énfasis en los peligros espirituales que son los más temidos, pero
sin dejar los físicos. Pablo, cuando escribió a Timoteo, le dijo:
“Y el Señor me librará de cada obra mala, y me preservará para
su reino celestial” (2ª Tim. 4:18).
Indudablemente el Apóstol
estaba hablando de los peligros espirituales, puesto que Dios no
detuvo la espada que lo decapitó. Dios no solo nos considera desde
el punto de vista físico , sino también del espiritual, si
dependemos completamente de él.
Si en toda nuestras pruebas y
dificultades mantenemos la convicción de que Dios nos ama, podemos
soportarlo todo mientras estemos con él, y nada nos podrá sacudir,
ni siquiera la muerte.
Cuando un hombre pierde la fe en Dios hasta
el extremo de dudar de su amor, se esta acercando a la linea sin
retorno, y a final lo conducirá a la separación de Dios, esto es el
pecado contra él Espíritu Santo.
Mientras estaba en la tierra,
esto fue precisamente lo que Cristo más temió. Cada momento que le
quedaba después de trabajar por los demás, lo utilizaba en
fortalecer su fe en el amor de su Padre. Buscó cuidadosamente en
las Escrituras cada evidencia del amor de Dios por la familia humana.
Esta mañana al hacer el año Bíblico como tengo por costumbre,
encontré esta promesa. Clama a mí, y te
responderé, y te enseñare cosa grande y dificultosa que tu no
sabes.
Voz de gozo y voz de alegría,. . . Alabad a Jehová de los
ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su
misericordia. . . Porque tornaré a traer la cautividad de la tierra
como al principio, ha dicho Jehová. (Jer. 33:3,11).
Este fue el
secreto de la vida victoriosa de Jesús. La causa de la agonía del
Getsemaní era precisamente la posibilidad de estar separado de su
Padre.
Conservar su fe en el amor de su Padre durante los momentos de la terrible separación que experimentó en la cruz, le parecía que era más de lo que podía resistir. Pero gracias a Dios bebió la copa de la amargura hasta el final. En su gran mayoría el pueblo musulmán y el judío nunca comprenderán el amor de Dios por el hombre a través de Cristo como pueblo.
Conservar su fe en el amor de su Padre durante los momentos de la terrible separación que experimentó en la cruz, le parecía que era más de lo que podía resistir. Pero gracias a Dios bebió la copa de la amargura hasta el final. En su gran mayoría el pueblo musulmán y el judío nunca comprenderán el amor de Dios por el hombre a través de Cristo como pueblo.
Maranata.
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venida apocalíptica. blogspot.Com
la
Biblia a través del tiempo.
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