El
objeto de juan es dar a conocer lo que el ha experimentado en su
vida.
Un
conocimiento experimental y viviente conduce a la vida eterna. No
hay salvación en sólo conocer, pero tampoco puede haber salvación
sin conocimiento (Romanos 10:13-15). Aquí se define el conocimiento
salvador como el que se centra en el “Dios verdadero” -en
contraste con los dioses falsos que es idolatría pura y llana.
En
el día final los hombre serán rechazados y condenados porque
despreciaron el conocimiento esencial, el único Dios verdadero y a
Jesucristo a quien has enviado.
Si
lo miramos bajo la perspectiva humana lo tenemos que ver bajo un
planeta súper sobrepoblado, cuyo habitantes están tratando de
obtener algo de la vida. Unos cuantos ricos tienen más de lo
necesario para gozar de las comodidades físicas, pero buscan
frenéticamente más de la llamada “vida”. Si lo comparamos con
las multitudes que están tratando de sobrevivir y que apenas lo
logran.
La mayor parte de los seres humanos se van a dormir con
hambre, no tiene un plato que llevarse a la boca. ¿Qué respuesta
se puede dar a la pregunta: “¡Qué es la vida” en un mundo que
sólo tiene reservas de alimento para treinta días? Jesús nos da
la respuesta:
“¿No
es la vida más que el alimento¿” (Mt. 6:25). Cristo se preocupaba
de los pobre, de sus necesidades, pero en un mundo donde el amor al
prójimo
deja
mucho que desear, en todas las religiones esto se convierte en
“vivamos y comamos que mañana moriremos”. Pero ahora vamos a
añadir la siguiente frase, es decir “eterna”. “Y esta es la
vida eterna”. Esta frase hace la diferencia.
El pecado ha
traicionado nuestra mentes. Estamos empeñados en conseguir esta
“vida”. La realidad de la vida eterna está más allá del
alcance de la mayor parte de la gente que desea hacer un viaje
espacial a Marte. Satanás está empeñosamente dedicado en
descalificar a los hombres para que no sean cuidadosos en buscar el
reino de los cielos, no induciéndolos a cometer grandes pecados,
sino manteniendo sus mentes curiosamente preocupadas con cosas lindas
y atractivas a los ojos humanos, pero relativamente, sin importancia.
La vida, puede, en cierto modo, ser emocionante e interesante, pero
carecerá de significado a menos que la contemplemos a través de los
prismáticos de la eternidad. Por lo tanto, el verdadero problema
actualmente no consiste en saber si las acciones suben o bajan, o si
tal o cual nación está mas protagonismo en las guerras, sino en
saber si tú y yo tenemos vida eterna en Cristo Jesús. Pero ¿Qué
es la vida eterna? “Qué te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo”.
Esto es muy difícil para algunas
religiones monoteístas, pero no imposible. Esa es la respuesta. El
conocer por experiencia propia a la Deidad es vida eterna. No hay
otra vida que conocer. No vamos al cielo o al paraíso ¡No! La vida
sin el adjetivo “eterna” no es vida: Es muerte. La vida no
existe sin la trinidad. Cuando alguien está consustanciado con
ella. Millones piensan que viven, pero se encuentran en la situación
de la viuda complaciente de quien Pablo dijo: “viviendo esta
muerta”.
Promesa.
“Nadie
tiene por que entregarse al desaliento ni a la desesparición. . .
Hay sin embargo esperanza en Cristo Jesús para ti. Dios no nos
exige que venzamos con nuestras propias fuerzas. Nos invita a que
nos `pongamos muy junto a él. Cualquiera que sean las dificultades
que nos abrumen y que opriman al alma y cuerpo, Dios aguarda para
librarnos”. (MC. 192).
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la
Biblia a través del tiempo.
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