Aun que no soy
esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos, para ganar más
personas para Cristo. . . Hago todo esto por causa del mensaje de
salvación, para tener parte en los bienes que este mensaje trae. 1ª
Cor. 9:19,23. versión Popular.
La esclavitud era
una institución muy extendida en el imperio Romano, y más en los
tiempos de Jesús cuando vino para liberar
a los hombre de su
esclavitud. Pablo vuelve al tema del capitulo 8:9-13.
Afirma que no
permitirá que su libertad se convierta en una piedra de tropiezo
para los débiles. Pablo también emplea la esclavitud para ilustrar
magníficamente la relación que debe existir entre el cristiano y su
Señor. El apóstol se gloría por ser siervo de Jesucristo y luego
añade que por ellos se ha hecho esclavo de todos a fin de ganar a
tanto como le sea posible.
Pedro usa el mismo
argumento al presentar la metáfora del esclavo liberado: Sabéis que
fuisteis rescatados. . . no con cosa corruptibles . . . sino con la
sangre preciosa de Cristo” (1º Ped. 1:18,19). Luego dice que
quienes no sirven finalmente a Dios son apóstatas que niegan “al
Señor que los rescató” (2º Ped. 2:1).
Los apóstoles sabían
perfectamente el significado de ser esclavo. El esclavo era propiedad
absoluta de su señor. No tenia ningún derecho el esclavo, ningún
privilegio ni podía apelar a la ley del derecho romano. En otras
palabras, era un cero a la izquierda.
Yo me pregunto: ¿Cuantos
esclavos hay en el pueblo de Dios? ¿Esclavos de la moda? ¿Esclavos
del café? ¿Esclavos de la joyas? ¿tal vez del cine? Pueda ser de
un vicio secreto.
Tu y yo somos
esclavos del Señor al que servimos. Ser esclavo es la situación más
horrible en la que podía hallarse un ser humano.
La tortura física
y mental, la total falta de esperanza era su suerte para estos hombre
de la época de Pablo. Pero ¿no lo es hoy día? Notemos que Pablo
usa la palabra deliberadamente (doulos) -esclavo o siervo- para
describir la relación que debe existir entre el cristiano y
Jesucristo.
Los cristianos de antaño entendían claramente el
significado de Pablo. El que quiera confesar a Cristo debe tener a
Cristo en sí. (foto. Pablo predica a los de Corintios, hombres libres y esclavos).
No puede comunicar ningún cristiano algo que no ha recibido. Los discípulos podían hablar fácilmente de las doctrinas, podían repetir las palabras de Cristo mismo; pero a menos que poseyeran una mansedumbre y un amor como los de Cristo, no les estaba confesando.
No puede comunicar ningún cristiano algo que no ha recibido. Los discípulos podían hablar fácilmente de las doctrinas, podían repetir las palabras de Cristo mismo; pero a menos que poseyeran una mansedumbre y un amor como los de Cristo, no les estaba confesando.
Un espíritu contrario al espíritu de Cristo le
negaría cualquiera que fuese la profesión de fe. (D.T.G. P.324).
Pero nuestro nuevo Amo nos ofrece la esperanza de poder testificar
por él como los apóstoles. Unas de las grandes paradojas del
Evangelio es la preciosa verdad de que la esclavitud en Cristo es la
forma más pura de libertad como se puede ganar al ser humano.
Maranata.
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http://segunda
venida apocalíptica. blogspot.Com
la
Biblia a través del tiempo.
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