HUYENDO DE LA PRESENCIA DE DIOS.

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y la mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.Gén 3:8

Unas de las preguntas que se debe de hacer un cristiano es: ¿Por qué se siente culpable? ¿Cuales son las causas? Esas preguntas se la hicieron nuestros primeros padres. 

Las visitas periódicas de Dios, hacía el fin del día, cuando suaves céfiros vespertinos refrescaban el huerto, siempre había sido una ocasión de deleite para la feliz pareja. 

Pero el sonido de la aproximación de Dios fue entonces un motivo de alarma. Ambos sintieron que de ninguna manera debían ha cercarse a Dios. 

Ni la humildad ni el pudor fueron la causa de su temor, lo que sintieron fue miedo estupor y culpabilidad por lo que habían hecho. Como tenía la costumbre de encontrase con su Creador y rendirle culto, como cada día. 

Esta vez se había convertido en una amenaza para ellos.Dios cada día los llamaba para dialogar sobre las cosas del huerto, y las cosas que Dios tenía a bien hacer en este mundo. 

Adan y Eva no podían esconderse, Dios los llamo para que ellos pudiesen confesar su pecado. 

Adán procuró ocultar el pecado detrás de sus consecuencias, su desobediencia de tras de su sentimiento de vergüenza, haciéndole creer a Dios que se había ocultado por la turbación provocada por su desnudez. 

A través de los siglos muchos han tratado de autoconvencerse de que Dios es un “amor ausente”, o de que no se interesa en los asuntos humanos. 

Sólo cuando han dispuesto de Dios pueden sentirse cómodos en sus pecados, porque el reconocimiento de un Dios de bondad significa responsabilidad, rectitud moral y una rendición total de la persona. 

El ser humano a tratado de ignorar a Dios han apartado de sus mente al creador del universo, y se están ocultando de un juicio y del amor de Dios.

Vivimos en un mundo donde la gran mayoría creen en Dios, pero están lejos de su amor, porque no lo han experimentado en sus corazones. Job hace una declaración asombrosa: 

He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años.(Job 36:26). 

Dios es grande más de lo que podemos imaginar y comprender. 

Si no lo conocemos, ¿No será porque estamos ocultos como lo tuvieron Adán y Eva? “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Los hombres se han colocado donde son completamente incapacitados para llenar las condiciones del arrepentimiento y la confesión; por lo tanto, no pueden hallar misericordia. 

Dios nos llama, cómo llamo a Adán. Todo depende de nuestra respuesta.

MARANATA.

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