viernes, 1 de abril de 2011

LA MAYOR OBRA DEL MUNDO.

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Mar. 16:15.

"Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a todo criatura", es la orden de
Cristo. . . No quiere decir esto que todos sean llamados a ser pastores o misioneros en el sentido común de la palabra; pero todos pueden ser colaboradores con él para dar las "buenas nuevas" a sus semejantes. (foto. El sembrador con paciencia siembra).

Se da la orden a todos, grandes o chicos, instruidos o
ignorante, viejo o jóvenes.
Sobre todo aquel que conoce la verdad para este tiempo descansa la responsabilidad de darla a conocer a todos. Los siervos de Cristo son en gran medida responsables del bienestar y la salvación del mundo

Han de ser colaboradores de Dios en la obra de ganar almas para C
risto. El tema que atrae el corazón del pecador es Cristo y Cristo crucificado. Sobre la cruz del Calvario Jesús re revela al mundo en un amor sin paralelo. Presentadlo a la multitudes hambrientas, y la luz de su amor ganará a los hombres y los llevará de las tinieblas a la luz, de la transgresión a la obediencia y la verdadera santidad.
(foto. El sembrador pide ha su Dios que bendiga la cosecha, su obra a terminado).

La de Cristo en la cruz del Calvario despierta la conciencia para que perciba el carácter odioso de
l pecado como no puede hacerlo ninguna otra cosa. Suspendido en la cruz, Cristo era el Evangelio. . . "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29).

¿No mantendrán nuestros miembros de iglesia sus ojos fijos en un Salvador crucificado y resucitado, en quien se cifran sus esperanzas de vida eterna? Este es nuestro mensaje. . . para los impenitentes, nuestra exhortación para los afligidos, la esperanza para cada creyente.

Si podemos desp
ertar en la mente de los hombres un interés que les haga fijar sus ojos en Cristo, podemos hacernos a un lado y pedirles que continúe fijando sus ojos en el Cordero de Dios. Aquel cuyo ojos están fijos en Jesús, lo abandonará todo. Morirá al egoísmo. Creerá en toda la Palabra de Dios que está tan gloriosa y maravillosamente exaltada en Cristo.

Es privilegio de todo cristiano no sólo esperar sino apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo. Si todos los que profesan su nombre llevasen frutos para su gloria, ¡cuán prestamente quedaría sembrada en el mundo la semilla del Evangelio! La última mies maduraría rápidamente, y Cristo vendría para recoger el precioso grano. (foto. La gran cosecha, todos trabajamos para el Señor).

G. W.


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