lunes, 25 de abril de 2011

LA JUVENTU INSTRUMENTO DE DIOS.

Bueno le es la hombre llevar el yugo desde su juventud. Lam 3:27.

Dios llama a los jóvenes en el vigor y la fuerza de su juventud a compartir con él la abnegación, el sacrificio y el sufrimiento. Si aceptan el llamado, los convertirá en instrumentos suyos para salvar almas por las cuales murió. Pero q
uiere que consideren el costo y asuman su obra con pleno conocimiento de las condiciones bajo las cuales sirven a su Redentor crucificado. (foto. Lucas joven dispuesto para servir a su Señor).

Nuestra primera obra debe consistir en poner nuestro corazón en armonía con Dios, y entonces estaremos preparados para trabajar por los demás. En lo pasado nuestros fieles obreros hacían a menudo examen de conciencia. Se reunían para aconsejarse mutuamente y para elevar humildes y fervientes plegarias en procurar la dirección divina. . .

La venida de Cristo está más cercana ahora que cuando creímos. Cada día que pasa nos deja uno menos para proclamar el mensaje de amonestación al mundo. Ojalá hubiera hoy más ferviente intercesión delante de Dios, máshumildad, más pureza y más fe.

Tenemos una grandiosa obra que hacer por el Maestro, la de abrir la Palabra de Dios a loa que están en las tinieblas del error. Jóvenes amigos, obrad como si tuvierais un cometido sagrado. Debéis ser estudiosos de la Biblia, siempre listos para dar a todo hombre q
ue os lo demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Por medio de una verdadera dignidad cristiana dad evidencias de que sabéis que teneís una verdad que a la gente le interesa escuchar. Si esta verdad está grabada en el alma, se manifestará en el semblante y en el compañerismo, en un noble y tranquilo dominio propio, y en una paz que sólo el cristiano puede poseer.

Aquellos que tienen humildad genuina y cuya mente se han desarrollado por la verdad revelada en el Evangelio, ejercerá una influencia que podrá sentirse, producirán impresión en las mentes y los corazones.

No tengo ambición más alta que la de ver a nuestra juventud imbuida del espíritu de la religión pura que la inducirá a tomar la cruz y seguir al Señor. Salid, jóvenes discípulos de Cristo, regidos por los principios, revestidos con los mantos de la pureza y la justicia. (Foto. Pedro consagrado al ministerio).

Vuestro Salvador os guiará al lugar que mejor se adapte vuestro talentos y donde podáis ser más útiles.

G.W.

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