viernes, 28 de diciembre de 2018

LA GRAN PREGUNTA.

Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Gál. 5:18 V RV.1569, Otra versión dice: Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
No todo es suave en la vida del cristiano. Se le presenta duros conflictos; lo asaltan graves tentaciones. “El desea de la carne es contra el Espíritu, y del Espíritu es contra la carne”. 

La vida del cristiano es una lucha a muerte, o vences o eres vencido; pero no peléis contra la iglesia, el dilema no existe. Dios es siempre más fuerte. 

Permitió el Señor que sus discípulos pasaran peligros, a fin de enseñarles a esperar con paciencia la voluntad de Dios para fortalecer su carácter. En las pruebas, recibimos de un modo nuevo el Espíritu Santo. 

El nos asistirá para que podamos confesar la fe con firmeza y con intima convicción, Saldremos valerosamente en defensa de la misma. Cristo nos dará fuerza en la misma contra el enemigo de nuestra almas: los demonios de nuestras malas inclinaciones al mal que están presente en nuestro mundo pecaminoso. 

Debemos tener en clara que contra más nos acerquemos al final de la historia de esta tierra, más engañosos e insidiosos serán los ataques del enemigo. Sus ataque serán harán más violentos y más frecuentes. 

Los que se oponen a la luz y a la verdad, se volverán más endurecido y apáticos, y mas mordaces contra los que aman a Dios y guardan sus mandamientos. (MS. 33. 1911). 

La influencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano sincero ara de el un fiel hijo de Dios ante el mundo y los avatares de esta sociedad corrompida. Hay en el aire una pregunta es: ¿Estamos siendo dirigidos por la ley o por el Espíritu? 

Si somos guiados por la ley, no tendremos seguridad de la salvación, y los ataque serán más frecuentes y las dudas también. Pero si somos guiados por el Espíritu Santo, notaremos la presencia de nuestro Señor en el corazón, porque esta tan cerca que aremos su voluntad. 

Obrara en cada uno de nosotros ya que tendremos la presencia de Cristo y aremos la obra que nos tiene mandada. Pablo nos dice: 

Los que han recibido el Espíritu Santo deben de esperar la justificación.

La dádiva de la justificación es comunicada a los seres humanos por medio acción del Espíritu Santo (Jun. 16:8). 

Aquí radica la diferencia entre la justificación ineficaz que el hombre busca por medio de las obras y la justificación eficaz que viene por la fe.

La esperanza impartida por la justificación, la esperanza de que se complete el plan de la salvación con el regreso de Jesús y la resurrección de los muertos (Rom. 8:23, Tito 2:13). 

Pablo habla finalmente de la justificación como de una obra completa en el hombre (Rom. 5:1).
MARANATA.
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