miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA AUTORIDAD EN LA FAMILIA

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Exo.20:12.
Habiendo abarcado con los cuatros primeros mandamientos nuestros deberes para con Dios, ahora entramos en la segunda tabla de la ley, que trata de nuestros deberes con nuestro prójimo (Mat. 22:34-40).

Puesto que antes de la edad cuando se tienen responsabilidad moral los padres son para sus hijos los representantes de Dios (PP. 316) es lógico que nuestro primer deber que atañe a los hombres se refiere a ellos (Deut. 6: 6,7; Efe. 6:1-3; Col. 3:20). 

Otro propósito de este mandamiento es crear respecto al padre. Un respeto tal comienza con el concepto que los niños tienen de sus padres. En la mente del niño esto se convierte en la base para el respecto y la obediencia a sus padres. 

Mucho de lo que pensamos de Dios surge de lo que pensamos de nuestros padres: la forma en la que nos disciplina, los sentimientos que ellos abrigan en cuanto a la autoridad, y la respuesta que damos a sus métodos. 

Todo esto resulta en cuán bien (o cuán mal) nos relacionamos con nuestro Padre celestial. 

Inversamente, el modo en que nos relacionamos con Dios inevitablemente 
determina cómo nos relacionamos con los miembros de la familia, y mas tarde con la sociedad. 

Al darnos los Diez Mandamientos, Dios espera sanar a una nación que casi había perdido el significado de la unidad familiar. 
Hoy en el siglo XXI se a perdido este sentido por el respecto de la familia y por la unidad de ella. 

Los hijos se revelan contra los padres y los padres contra los hijos, porque en el centro del hogar no esta Cristo lo han desechado. Los hebreos habían perdido el sentido de la unidad familiar y la adoración a Dios. 

Y los hijos trataron a sus padres como ellos fueron tratados por los egipcios; y sin duda hubo luchas por el poder en el hogar. Hoy esta pasando lo mismo en muchos hogares de nuestra llamada sociedad liberal. 

El Espíritu Santo no puede trabajar en la familia donde existe la violencia, donde no hay respeto.Las actitudes que desarrollaran sus hijos bajo la tutela paterna depende mayormente de ellos.
En el espíritu de este mandamiento está implícito el concepto de que los padres deben conducir de tal manera a sus hijos que merezcan el respeto de sus hijos. 

El tema crucial del gran conflicto entre Dios y Satanás es el carácter de Dios -particularmente su autoridad. 
El hogar es el fundamento de una sociedad que esta en banca rota, no hay respeto en la familia, y si no hay respecto en el hogar tampoco lo abra en la sociedad. 
MARANATA.
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