CONFIANZA EL EN PODER DE DIOS.

Bienaventurado el hombre que tiene su fortaleza en ti, En cuyo corazón está tus caminos. Sal. 84:5

Esta es la segunda bienaventuranza es para los que guardan a Dios en el corazón mientras se dirigen su peregrinación por esta vida a la Canaan Celestial. 

Por lo tanto es bueno reconocer a Dios en nuestro corazón, para que en su largo camino se apoye en su Dios y le de la fuerza necesaria para soportar el viaje. Este debería ser el sentir de todo cristiano. 

El hombre y mujer que meditara en los caminos de Dios, que nos lleva al santuario, y que se prepara para este gran viaje con el objetivo de adorar a su Dios. Sera bienaventurado, porque se apoya en su Dios. 

Hoy día hay muchos que se apoyan en la llamada ciencia, otros se apoyan en la filosofía, y los más atrevidos en las doctrinas de los hombres. 

Todos ellos quieren tener la razón, ya que entienden de que van por el buen camino, pero son caminos de muerte. Pero todos ellos quieren tener buena salud para emprender el viaje.

Muchos toman proteínas, oh bebidas proteicas, aeróbica, que están de moda que conserva el buen estado de salud. “Sin pena no hay gloria” Pero los cuerpos se envejecen según van pasando los años. 

La enfermedad nos roba la salud. Pero más haya existe una fuente o manantial que nos regenera la salud. 

Pero para poderla beber hay que ir a la fuente, y esa esta en conocer al Padre celestial. 

Nuestra fuerza consiste en conocerlo; sabemos que somos peregrinos y nuestras fuerzas aveces decae. 

Ese es el momento en que debemos pedir la ayuda del Espíritu Santo para que nos de la vitalidad que nos hace falta.Cada día pasamos por el desierto de las naciones, sin pena y sin gloria; y muchos caen en el desierto. 

Estas personas no han cogido agua del manantial que vivifica el alma, y las hace tener fuerza para proseguir por este desierto. La lluvias en el desierto hace florecer la hierbas y dan la vida a las vestías y a los hombres. 

Cristo es el manantial de vida, y si le pedimos él nos dará agua abundante para el viaje. El Espíritu da vida, y la da en abundancia. 

No importa cual es tu condición en este momento, lo importante es ir al manantial para beber el agua de la vida. 

Se nos da una promesa Juan 4:13,14. Jesús es el agua viva que nunca se agota Él dijo: 

“¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice las escritura, brotará ríos de agua viva” (Juan 7:37-38).

Nada satisface el hambre o sed de nuestra alma porque las cosas de este mundo sólo pueden llenar nuestra sed física, pero esto nos deja un vació al final. 

Sin embargo, el Agua Viva de Dios satisface nuestras sed para ser totalmente realizada. Romanos 8:35-39. Cristo nos da esta promesa que Dios nos dad (Isa. 12:2-6).

MARANATA.

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