UNA MUERTE ANUNCIADA.

Vino a vernos [Agabo], y tomando el cinto de Pablo, se ató a los pies y las manos, y dijo: “Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregaran en manos de los gentiles”. Hech. 21:11
Grandes acontecimientos iban a pasar en la iglesia del primer siglo. No es fácil empezar el camino, sin hallar algún obstáculo. Esto fue lo que le paso a Pablo. 

El cinto era una faja de lino, lana o cuero, que se colocaba alrededor de la cintura para juntar los pliegues del vestido de la época.Era suficiente ancho para hacerles lo bolsillos donde llevar el dinero y los pergaminos. 

El atarse los pies se remonta a una profecía en tiempos de Isaias. Este método fue prescrito por indicación divina que usaron Isaias y Jeremías (Jer. 13:1-11; 18: 1-10; 19: 1-3; 27:2-3; 28 y Ezequiel 4::1-13; 5:1-4). 

Dios usa métodos que al hombre le parece extraños, pero que tiene una buena enseñanza. 

 Pablo estaba en casa de Felipe el Evangelista, Este llevo el mensaje más aya de los limites de Cesarea, y Fenicia. Las hijas poseían el don profético, (Hech.13:1, cf.1º Cor.14:1,3-4). 

¿Quien era Agabo? Era el profeta de Dios en es época, era el mismo que profetizo el hambre (cap. 11:28). 

El simbolismo de atarse los pies era la prueba de lo que iba a pasar a Pablo en Jerusalén. 

Los miembros de la iglesia cristiana era consciente de la presencia directa del Espíritu Santo en el pensar, decir y hacer de ellos. “Igual que en este tiempo en que vivimos” ¡Ojalá fuera nuestra iglesia como la de esa época! 

Pero no lo es, hay que morir más al mundo, y vivir más en Cristo. Esa presencia del Espíritu Santo era tal real entonces como la de Jesús lo había sido para sus discípulos. (cf. Juan 16:7; Hech. 2:2-4). 

La profecía de Agabo, se cumplió y Pablo fue entregado a los romanos. Hay que sacar una lección de este hecho histórico. Antes de la Segunda Venida de Jesús muchos cristianos guardadores de la ley, sera un ejemplo para el mundo cristiano. 

Pero sera una piedra de tropiezo para aquellos que violan la ley de Dios. 

Estamos en un estado de tolerancia, pero eventualmente seremos rechazados por los obispos de Roma, principalmente por las falsas acusaciones contra el pueblo de Dios. 

Pero no obstante , el testimonio de este movimiento con el poder del Espíritu Santo, conducirá a muchas personas a la verdad. Como sucedió con Tertuliano, y a Perpetua una mujer joven y noble que dieron si vida por la fe en Cristo. 

 Al igual que Pablo y como muchos mártires de la fe murieron por su fe. Tengamos la fe y la integridad de esta mujer, que le dijo a su padre: “No puedo negar lo que soy, y yo soy una cristiana” Fue muerta por la espada de un gladiador. 
MARANATA.
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