Tanto en tiempos de Pablo
sucedían los mismos casos de robo, o incluso de tentaciones muy
serias.
Si estudiamos el cap. 5 es una continuación de 6, Pablo se refiere al hecho de que un cristiano puede ser sorprendido en un momento de debilidad o descuido espiritual.
Si estudiamos el cap. 5 es una continuación de 6, Pablo se refiere al hecho de que un cristiano puede ser sorprendido en un momento de debilidad o descuido espiritual.
Esto seria lo más lógico
de pensar como creyentes. Todos hemos caído en diferentes
tentaciones, sustrayendo cosas, que a primera vista no tienen
importancia. Pero si la tiene para el sellos, el robo es robo y para
el Señor no hay un grado establecido.
La persona que cae no es un
hipócrita obstinado, su propósito era caminar “por el Espíritu”
(ver.25); pero cayo vencido por la tentación. Es una lucha
encarnizada entre ser fiel a Dios, y servir al pecado.
Pero para
sorpresa suya y angustia de su espíritu fue vencido por la
tentación, y descubrió que había algunas “obras de la carne”
que debía de vencer (ver 19-21). Había recibido el Espíritu (cap
3:2), y había comenzado a caminar por el espíritu Santo (cap. 5:18)
para dar el “fruto del Espíritu Santo” (ver.22-23).
Su intención
había sido buena; pero, como como descubrió Pablo para su
desaliento la carne era débil. Los que son “guiados por el
Espíritu Santo” tienen un camino largo que recorrer.
Dentro de la iglesia somos muy livianos a criticar y a difamar cosas que sólo Dios puede juzgar, y nosotros la juzgamos con liviandad.
Dentro de la iglesia somos muy livianos a criticar y a difamar cosas que sólo Dios puede juzgar, y nosotros la juzgamos con liviandad.
Y encima nos
creemos justos y santos. “No sabemos que el juicio es de Dios”.
El cristiano tienen la lengua muy sensible para criticar a los
hermanos, pero muy recia para ayudar y perdonar.¿No sabemos que todo
esta escrito para el juicios que Dios esta preparando?
Cuán fácil
es indignase con la gente que se mete en problemas y usa sus caídas
como excusa para criticarlos en favor de otras personas más
“promisorias”. Jesús nunca consideró a personas algunas como
descartable.
Aun la menos prometedora no por esconder su verdadero
potencial a los ojos de quien conocía cuán poderosamente podía
afectarlos su amor. Nunca los puso a un lado para buscar candidatos
más promisorios.
A Jesús le gustaba hacer experimentos de amor.
Nada le trajo mayor deleite que encontrar a alguien cuya personalidad había sido aplastada, que había sido descartado por el resto de la sociedad. A la cual pertenecemos tú y yo.
Nada le trajo mayor deleite que encontrar a alguien cuya personalidad había sido aplastada, que había sido descartado por el resto de la sociedad. A la cual pertenecemos tú y yo.
Entonces tomaba el desafío
de ver cuánta diferencia podía hacer amando a esa persona sabia e
incondicionalmente. Nosotros representamos mejor a nuestro Padre
cuando estimamos a cada persona con quien nos encontramos como de
gran valor.
MARANATA.
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