EL DIRIGENTE TRANQUILO.

Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para aceptar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Hech. 20:28.

Pablo da buenos consejos a los ancianos de la iglesia, consejos que deberían imitar a los ancianos de las iglesias del mundo. Velar por el rebaño, no os ensalcéis por encima del rebaño. 

Cierto es que en aquella época los lideres eran acosados por los peligros y las tentaciones especiales en su conducta personal, en su estabilidad religiosa y constancia en la doctrina, y también en peligros como los de afuera. 

Los peligros son los mismos hoy día para los dirigentes. Esto me recuerda a un programa que vi en TV. 

Los pastores de las ovejas en nueva Zelanda son muy diferentes a los pastores del desierto. 

Estos pastores de nueva Zelandia cuida a sus ovejas, le dan todo los mejeros pastos hasta que estén hermosas y lleguen a una edad avanzada. 

Los del oriente tienen que estar mas atentos a los depredadores del desierto y están en constante cuidado de sus ovejas. La atrayente figura del Buen Pastor, tan claramente presentada en las escrituras, es un ejemplo para el ministro del evangelio. 

Pero muchos ignoran este hecho, y hacen su propia voluntad y poniendo sus propias ideas. Pero pasan por alto, que sus aciones y hechos serán revisados en el juicio del Dios todo poderoso. 

Vivimos en tiempos muy peligrosos, y el rebaño de la iglesia debe ser cuidado y mimado, pero sin bajar la guardia. En los primeros siglos de la era cristiana, la iglesia de dividía en pequeños grupos de creyentes. 

Para cada iglesia había un anciano, quien era conocido por su carácter y amor sobre la iglesia. El espíritu Santo colocó el rebaño al cuidado de estos dirigentes espirituales, como los hace hoy día, no estaban sobre la iglesia sino que era parte de ella. 

Hoy se han olvidado de su significado, y hacen su propia voluntad. Los llamados miembros o laicos tenían un papel muy importante dentro de su iglesia. Eran preparados por los ancianos, para que llevasen la palabra a otros. 

Así la iglesia crecía en gran numero. “Como ahora”. Que las iglesias están casi bacías. 

Cada cristiano de hoy necesita el compañerismo del rebaño y el cuidado de sus ancianos. 

El Espíritu de Dios trabaja sin cesar para que el rebaño de cada iglesia trabaje en la obra del Señor, atrayendo a Cristo las ovejas que han de completar el rebaño.

Esta es la razón por la cual el Espíritu Santo está nombrando dirigentes de pequeños grupos que cuiden el rebaño y compartan con él las bendiciones de un Dios de amor.

MARANATA.

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