sábado, 21 de enero de 2012

TEMAS INAGOTABLES.

Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. (1 Ped 1: 10, 11). (foto. Los hombre de antaño buscaba sabiduría en la palabra de Dios).

En esta vida apenas podemos empezar a comprender el tema maravilloso de la redención. Con nuestra inteligencia limitada podemos considerar con todo fervor la ignominia y la gloria, la vida y la muerte, la justicia y la misericordia que se tocan en la cruz; pero ni con el mayor esfuerzo de nuestras facultades mentales llegamos a comprender todo su significado. (foto. Cristo nos quiere enseñar la verdadera sabiduria, atraves de su palabra).

La largura y anchura, la profundidad y altura del amor redentor se comprenden tan sólo confusamente. El plan de redención no se entenderá por completo ni siquiera cuando los rescatados vean como serán vistos ellos mismos y conozcan como serán conocidos; pero a través de la edades sin fin, nuevas verdades se desplegarán continuamente ante la mente admirada y deleitada.

Aunque las aflicciones, las penas y las tentaciones terrenales hayan concluido, y aunque la causa de ellas haya sido suprimida, el pueblo de Dios tendrá siempre un conocimiento claro e inteligente de lo que costó su salvación. . .(foto. Por la eternidad estudiaremos el significado de la cruz y su redención).

El misterio de la cruz explica todos los demás misterios. A la luz que irradia del Calvario, los atributos de Dios, que nos llenaban de temor respetuoso, nos resultarán hermosos y atractivos. Se ve que la misericordia, la compasión y el amor paternal se unen a la santidad, la justicia y el poder. (foto. En el trono estará los sin bolos de la redención)

Al mismo tiempo que contemplamos la majestad de su trono, tan grande y elevado, vemos su carácter en sus manifestaciones misericordiosas y comprendemos, como nunca antes, el significado de este conmovedor vocativo: "Padre nuestro".

Se echará de ver que Aquel cuya sabiduría es infinita no hubiera podido idear otro plan para salvarnos que el del sacrificio de su Hijo. La compensación de este sacrificio es la dicha de poblar la tierra con seres rescatados, santos, felices e inmortales.

El resultado de la lucha del Salvador contra las potestades de la tinieblas es la dicha de los redimidos, la cual contribuirá a la gloria de Dios por toda la eternidad. (foto. la gloria y la grandeza que rodea al trono, invade toda la tierra).
G.W.

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