domingo, 29 de enero de 2012

SOMOS HIJOS DE DIOS CREADOS A SU IMAGEN.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Gén. 1: 27.

Todo el cielo se interesó profunda y gozosamente en la creación del mundo y el hombre. Los seres humanos constituían una clase nueva y distinta. Fueron hechos "a imagen de Dios", y era el propósito del Creador que poblaran la tierra.

Habían de vivir en íntima comunión con el cielo, recibiendo poder de la Fuente de todo poder. Sostenidos por Dios, habían de vivir vidas libres de pecado.-RH 11-2-1902.

La santa pareja eran no sólo hijos bajo el cuidado paternal de Dios, sino también estudiantes que recibían instrucción del omnisciente Creador.

Eran visitados por los ángeles, y se gozaban en la comunión directa con su Creador, sin ningún velo oscurecedor de por medio . . .

Los misterios del universo visible, "las maravillas del Perfecto en sabiduría, les suministraban una fuente inagotable de instrucción y placer.

Las leyes y los procesos de la naturaleza, que han sido objeto del estudio de los hombres durante seis mil años, fueron puestos al alcance de sus mentes por el infinito Forjador y Sostenedor de todo. Conversaban con las hojas, las flores y los árboles, recogiendo de cada uno de ellos los secretos de su vida.

Toda criatura viviente era familiar para Adán, desde el poderoso leviatán que juega entre las aguas hasta el diminuto insecto que flota en el rayo del sol. A cada uno le había dado nombre y conocía su naturaleza y sus costumbres.

La gloria de Dios en los cielos, los innumerables mundos en sus ordenados movimientos, "las diferencias de las nubes", los misterios de la luz y del sonido, de la noche y el día, todo estaba al alcance de la comprensión de nuestros primeros padres.- OD 34, 35. 10
G.W.

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