OBEDIENCIA POR FE.

A ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya Isaías 61: 3.

Desde que nuestros primeros padres pecaron, todos somos pecadores. Porque pecamos y la paga del pecado es la muerte. Pero hay un tiempo de buena voluntad para aquel que crea en la gracia salvadora de Dios. 

Es “el año de gracia de Jehová” o “tiempo de gracia de Jehová” El ser humano tiene ese tiempo de gracia durante su vida. Depende todo si la rechaza ho si la acepta. 

El rechazamiento de esta gracia, fue ofrecido por él Mesías a jerusalén, pero en verdad, Jerusalén habría de ver “día de venganza” (Luc.21:22), porque los Judíos rechazaron el mensaje de Cristo. 

La destrucción de Jerusalén fue el símbolo del gran día de la retribución divina a este mundo. Mat. 24:3). 

Todos aquellos que lloran por sus pecados y los de otros, son los enlutados que habla el texto. 

Son aquellos que siente como el mundo, se desvanece por causa del pecado y siente dolor. 

Estos hombres y mujeres, en aquel gran día recibirán “una corona” o “guirnalda” que llevará en su cabeza por obtener la victoria en Cristo Jesús. 

Esta corona reemplazará a las cenizas que se habían esparcido sobre la cabeza en señal de penitencia y dolor. El pecado de forma al ser humano. 

Vivimos en un mundo de pecado y ha contaminado toda la creación. Vivimos agobiados, estresados, en nuestro ambiente. Está es nuestra condición, y nuestro corazón es egoísta por naturaleza. 

¿Pero que esperanza hay? Jesús se refirió a esto en Mat.7:16-18.”¿Acaso se recoge uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos”. 

Así es el hombre, sólo la gracia divina puede transformar nuestra tendencia, 26 En el AT, muchas veces se representa a las personas que son verdaderos hijos de Dios, como árboles (Sal.1:3). 

En este pasaje los árboles representa a los hijos de Dios, que a través de sus vidas, han hecho la voluntad de Dios. 

Sus vidas han sido para muchos hombres y mujeres, una referencia como la gracia de Dios puede transformar a una persona. 

Si la Biblia nos habla de los árboles de justicia que el Señor mismo planta para su propia gloria. 

Estos nos da esperanza a todo creyente sincero.  

Los árboles malos no pueden dar frutos, amenos que sean injertados por la gracia divina. 

Pronto por la gracia de Dios, esos árboles resplandecerá para la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 

El Señor nos capacita para hacer obras de justicia y producir los frutos para su gloria.

MARANATA.

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