No tentéis literalmente, “probar”, “poner a prueba” En otra matutina hablamos de esto algo parecido, pero hoy veremos las consecuencias de poner pruebas a Dios.
No tiene aquí el sentido moderno de incitar al pecado. Se usa la misma palabra para referirse a la forma en que Dios “prueba” a los hombres, a fin de ayudarles a desarrollar el carácter y fortalecer su fe y su lealtad hacia Dios. Génesis 22:1; Éxodo 20:20; Deut. 8:2,16; y Daniel 1:14).
El hombre puede invertir el procedimiento como ocurrió en Masah, el pueblo de Israel invirtió el procedimiento, y en forma desafiante puso a prueba al Señor (Éxodo 17:2,7).
Hace años mi hija y su esposo el Pastor P. Torres, estuvieron en las cataratas del Niágara, me contaron experiencias fantásticas que algún día las pondré en estas matutinas.
Ha habido personas que andan en la cuerda floja atravesaron las cataratas, y otras se zambulleron cerca de ella para recoger las monedas que tiraban los turistas.
Hay hombres y mujeres que ponen a prueba a Dios, muchas veces sin percibir las consecuencias de dicha temeridad.
A Dios no se le debe de tentar ni poner a prueba, como estos jóvenes que pusieron en peligro su vida por conseguir un par de dólares.
El rey Saúl que desobedeció y tentó a Dios, es un ejemplo. (1 Samuel 15:22-28). Las personas cuyo hechos son malos no vendrán a la luz para evitar que sus acciones no sean reprobadas y se revele su verdadero carácter.
Esto es lo que pasó en Masah, tentaron a Dios. Cuando Satanás desafió a Cristo a que se arrojarse desde el pináculo del templo, Cristo citó de Deut.6:16, (Mateo 4:7).
Si Cristo hubiese accedido a esa sugestión, hubiera demostrado presunción y no fe. El ser humano tenemos una tendencia a pedir a Dios cosas que no sabemos si nos serviría para bien o para mal.
Me viene a mi mente el nombre de Balaam, como presunción le llevó a la destrucción. Hay muchas personas que tratan de jugar con Dios.
Tentamos a Dios con nuestra vida. Como cristianos no tentemos a Dios como lo hizo Balaam.
Había estado en comunión con Dios, y empezó a tentar a Dios.
Satanás constantemente nos insta a que consintamos en el juego de la vida, y que hagamos cosas, que vayamos a lugares y que nos coloquemos en situaciones en las cuales nunca deberíamos estar.
Nuestra única defensa contra las tentaciones debe ser mirar a Jesús y decir, quiero apoyarme en Él.
MARANATA.
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