viernes, 17 de diciembre de 2021

EL YO.

Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro; Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un Dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tu hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios. Ezequiel 28:2. (foto de YouTube)

Hace un tiempo, un grupos de hombres de ciencia verificaron cuidadosamente la cantidad de veces que los enfermos mentales usan la expresión (yo), (mí) etc. 

Los resultados científicos comprobaron que en sus conversaciones una de cada doce palabras tenía relación con ellos mismos.

Realizaron otra prueba científica con conversaciones de personas normales, y se descubrió que sólo de cada 36 palabras se refería a ellas o ellos mismos. 

Los enfermos mentales hablaron de ellos mismos tres veces más que las personas normales. 

¿No querrá estos científicos decir que muchos enfermos mentales está en esa condición como resultado directo de la inseguridad que les produce el exceso de amor propio y del egoísmo? 

Veamos la cruz de la moneda, a través del tiempo. Es muy importante comprender que para poner en marcha su plan de rebelión, Satanás había ocultado o pervertido los antecedentes históricos relativos a su propia existencia. 

Esta profecía no se refiere a la ciudad de Tiro, como algunos lo sostiene. 

Ya que el verdadero rey de Tiro prosaicamente es Satanás. ¡Imagínate al ángel rebelde sosteniendo que era Dios, y que tenía derecho a sentarse en el trono de Dios! 

¡Que blasfemia! Luego el primer pecador fue uno a quien Dios había ensalzado grandemente. El deseo de ensalzamiento cada día era más fuerte. 

Así Satanás hace que el hombre se ensalce así mismo como el lo izo. Temerariamente lanzó entonces su proclama: “Yo soy Dios”. . .

En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono. El Espíritu Santo fue el que planificó las Escrituras. 

Fue él que se aseguró que se diera suficiente información acerca de los propósitos de Satanás. 

Además, fue el Espíritu quien determinó cuándo, como, y por medio de quien iba a ser destruido el imperio de Satanás. 

Además fue el Espíritu Santo, que dejó el testimonio para que la raza humano lo supiese. 

En Ezequiel 28:13. se describe la hermosura como fue creado Lucifer, “en el día de tu creación”. 

Estas seis palabras del Todopoderoso son la suprema evidencia de que el Señor, y no Satanás es el Creador del universo. 

Satanás no tendrá el vestido blanco inmaculado de Jesús. 

Pero su pueblo, los que vivirán sin mancha, obtendrán o obtendremos las vestiduras blancas y el carácter de nuestro Redentor. 

Su pueblo debe de estar preparado para encontrarse con su Salvador Jesucristo, vestidos de blanco y limpios. Nos encontraremos con nuestros amigos y hijos y hermanos.

MARANATA.

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