viernes, 7 de agosto de 2020

SÓLO HAY UN CAMINO.

¿Para qué discurre tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como lo fuiste avergonzada de Asiria. Jeremías 2:36.
El ser humano a través de los siglo, a tratado de cambiar su destino, bien buscando caminos que le pudieren ser más satisfactorios a su vida. 

“¡Cuánta ligereza la del ser humano para cambiar su destino!” ¿Cuánta prisa tenía la nación de Israel para cambiar de política y modificar su alianza? 

En la historia de Europa, el Vaticano siempre estaba empeñado en hacer alianzas, no importaba cual era el coste, si ella salía victoriosa. 

Sus alianzas de nada le sirvieron, ya que en 1798 Francia la condeno al destierro, y el poder que antes tenia ya no lo tiene. 

La historia de Europa es una lección objetiva para nuestras vidas como cristianos. 

No debemos de hacer alianzas con nuestro enemigo. Nuestra alianza debe de ser constantemente con Dios. 

Es mucho más simple construir el carácter que hacer alianzas con el enemigo. Hoy día los jóvenes y menos jóvenes buscan el placer de vivir su vida. 

Al fin de lograr su propósito desprecian las advertencias y señales de los peligros que corren los cristianos. 

En mi vida e conocido casos que son verdaderamente preocupantes, y muchos de ellos están fuera de la iglesia. 

Muchas veces no distinguimos entre el peligro y la seguridad. 

Querían saber cómo era el mundo, fumar beber, ir a fiestas al aire libre, y pasarlo bien. Las excusas que ponían: “¿Cómo podía yo saber lo que era correcto sin antes no investigaba todas las posibilidades?” 

Muchos de esos amigos, están descansando hasta que Cristo venga. A partir de esa bifurcación del camino, la subida se hace muy larga y ardua. 

Es una tarea agonizante reconstruir el carácter y recuperar los momentos perdidos de una vida cristiana. Para Dios nada es imposible, Cristo esta en el camino de cada uno de sus hijos. 

Él espera a que uno se le ha cerque, y le pida ayuda. Es demasiado cierto que pocos han sentido alguna responsabilidad ante Dios. 

El amor, el juicio, la memoria, la previsión, el tacto, la energía y todas las de más facultades han sido consagradas al yo. 

Dedicasteis más sabiduría al servicio del mal que a la causa de Dios. . .

Cuanto más ejercitéis vuestras facultades por el Maestro, tanto más aptos y hábiles os volveréis. 

Cuanto más íntimamente os relacionéis con la fuente de la luz y poder, mayor luz será derramada sobre vosotros, y mayor poder obtendréis para dedicarlo a Dios (J.T. t. 2. p.158). 

Sólo uno de mis amigos, se dedico al servicio de Dios siendo pastor. Otros murieron, otros abandonaron la fe, y otros quedaron tocados en su mente. ¿Tú a quien quieres servir?
MARANATA.
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