NACIDOS POR SEGUNDA VEZ.

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios Juan 3:3.

Este es uno de los pasajes que más resalta en el N.T. Un hombre de letras pero en su interior había un sincero conocimiento por saber la verdad. 

Nicodemo, estaba satisfecho con la evidencia de la aprobación divina manifestada en la obra de Jesús. El problema del ser humano es el orgullo y la perversidad de su corazón para reconocer a Jesús como hijo de Dios. 

Nicodemos, reconocía a Jesús como Maestro y reconocía sus milagros ya que constituía la prueba de una autoridad más que humana. 

Nicodemo, reconocía que Jesús era un hombre que no tenía estudios ni un titulo académico. 

Nicodemo, era un fariseo era miembro del Sanedrín, fue a ver a Jesús una noche para encontrar respuestas a su vida. 

Jesús desdeño la lisonja que se le brindaba, y dirigió su respuesta a la tacita súplica de conocer la verdad. 

El problema con muchos cristianos es que por mucho, mucho tiempo no ha ocurrido nada en nuestras vidas. 

Vamos a la iglesia, nos sentamos en nuestro lugar preferido, escuchamos, cantamos, vivimos; pero no nada a ocurrido en nuestras vidas, nuestros corazones siguen igual que en principio. 

Jesús le indico a Nicodemo, que había de nacer de lo alto. Tenia que haber un nuevo nacimiento. Nacer otra vez significa recibir un nuevo espíritu. 

Eso lo necesitamos todos, digo todos sin excepción. Esto incluye liberarse de la petrificación en la que estamos sumidos. Todos somos hijos de Abrahán, pero esto no es una garantía de admisión en el reino celestial (Juan 8:33). 

Jesús nos declara que hay que “nacer renuevo” a fin de ver el reino de Dios”. Es por eso, que necesitamos orar más, y depender del Espíritu Santo para que seamos transformados. 

Ni tú no yo, no podemos experimentar el amor con sólo sentarte en un rincón y leer poesías, o el periódico del día. No podemos ser un cristiano sin la ayuda de Cristo.

Toda nuestra formación doctrinal y teológica debe ser una experiencia personal intransferible con Cristo. A menos que lo veamos de esa manera, no habremos experimentado el verdadero nacimiento. 

Los malos Hábitos pueden ser desterrados con el nuevo nacimiento, no importa la edad de la persona Cristo nos da el poder para vencerlos. 

Ayer oí un testimonio de un joven transexual, que después de una gran lucha, fue transformado y regenerado. Para Cristo no hay limites, somos transformados por la gracia de Cristo.

 ¿Que ocurre ahora con nosotros? Roguemos a Dios que nos de sabiduría y entendimiento, para depender de Dios.

MARANATA.

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