NO ESPEREMOS ¡ACTUEMOS!

El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segara. Eclesiastés. 11:4.

Sin alguien se preocupa demasiado por las condiciones meteorológicas y espera a que sea perfectas antes de sembrar, se perjudicara su labor en la siembra y perderá la cosecha. 

No podemos esperar que el tiempo sea perfecto para la siembra. Antes de sembrar, hay que preparar la tierra, y que reciba las primeras lluvias, y esperar el momento para lanzar el grano en la tierra. 

Cierto es que en esta vida, pocas veces encontramos el momento apropiado para hacer las cosas que debemos realizar. Esto tiene doble lectura. 

No esperemos que el campo nos diga: ahora podes darme el grano para bendeciros, ¡No! Nuestro deber es preparar el terreno y dejar a Dios la cosecha. 

Si esperamos a realizar una obra misionera, pueda ser que nunca la hagamos ¿Por qué? Porque no hemos dejado al Espíritu Santo obrar en nosotros. 

Ese viento que hace acercarse las nubes, para rociar la tierra. Es el Espíritu Santo que quiere rociarte con su lluvia y tú se lo impides. 

Así cuando leas la Biblia podrás tener una compresión de la palabra de Dios más correcta. 

En cualquier ciudad del mundo ha semáforos, donde nos indica que no pasemos cuando esta en rojo; y verde que pasemos. 

Si nos paramos cuando el semáforo esta en verde, nunca iremos a nuestro destino. Así ignoramos el camino hacia la Nueva Jerusalén. 

Dios nos habla a través de su palabra, y nos lleva a los ricos pastos llenos de tranquilidad. Pero todo depende de nosotros si queremos ir. 

Cierto es que no debemos de obra impulsivamente, esto es cierto. Dios es paciente y misericordioso, tardo para enfadarse. Espera que tomemos nuestra propias decisiones.

Pero si no regamos nuestro corazón, llegara que el corazón se pondrá duro y la lluvia no ara más que endurecer la tierra, es decir “tu corazón”. 

El mundo está llenos de cristianos incrédulos, y de tímidos. Son cristianos de nombre y no de hecho. Pero Dios en su gran misericordia es paciente y sabe esperar. 

Vivimos en tiempos muy difíciles, y el cristiano debe tomar la iniciativa y hacer las cosas que deben realizar para que muchos se salven. 

La luz es indispensable para ver la naturaleza y su hermosura. Así es necesario el Espíritu de Dios para el hombre. 

Si se sigue el consejo del ver, 6 se podrá disfrutar de experiencias más plenas y más satisfactorias en la vida del cristiano. 

El cristiano dinámico entraña vehemencia, osadía y oración. Permanecer inactivo es convertirse en blancos para nuestro peor enemigo.

MARANATA.

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