No que seamos suficiente de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestras suficiencia es de Dios. 2º Cor. 3:5. Reina Valera de 1911. Y versión en Ingles del 1611.
La frase Competentes su raíz en Gr. es hikanós, “suficiente” , “bastante”. Y se traduce como “competencia” y su reflexión verbal como “nos hizo. . . competentes.
Pablo había cumplido de la mejor manera la misión que Dios le había encomendado, y no vacilaba en expresar su confianza de que su ministerio había sido delante de Dios correcto y exitoso.
Pablo da toda alabanza a Dios, ya que le dio la fuerza y el poder para realizar la obra.
Creo fiel mente que cuando Dios dirige, a un colportor, o a los miembros de una comunidad, para llevar la verdad presente, y la hace con todas las consecuencias, está haciendo lo correcto delante de Dios.
Pablo así lo entendía, y así lo entendemos los hijos de Dios.
Los principios del reino deben estar deben estar claros en nuestra mente.
“Amar a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo. Y amar a Dios es guardar su ley, y ayudar a la viuda y al huérfano.
Y no tenemos que ver nuestros defectos, sino mirar hacia adelante.
Pablo tenía un espejo donde mirarse cada día. Cristo era su espejo, y cada día se miraba para ver si andaba por el camino correcto.
Cada uno de nosotros, los que esperamos la venida de Nuestro Señor, deberíamos mirarnos al espejo de Cristo para ver si andamos en el camino correcto.
Los principios del reino deben de estar escrito en nuestros corazones y en nuestra vida.
“No soy mucho, pero soy todo lo que soy”, Esto es importante Dios no nos va a pedir más de lo que podemos hacer, cada uno tiene una misión y debe de cumplirla.
Cuando William Booth, fundador del ejercito de salvación, se le informo que iba a quedarse ciego, dijo con mucha calma: “He hecho por Dios cuanto he podido con dos ojos.
Ahora aré cuánto pueda sin mis ojos”. Pablo estaba ciego en la cárcel de roma, y el también hizo todo lo que pudo por la obra de Dios.
Dios nos ha hecho ministros competentes, sea pequeño o grande nuestro ministerio. Tenemos que acelerar la venida de Jesús a la tierra. Los tiempos en que vivimos, son muy convulsivos.
No nos tenemos que mirar a nosotros mismos, sino mirar como a lo invisible, sabiendo que la venida de Cristo esta cerca. (1º Tesalonicenses 4:13-18).
Pablo nos insta a predicar la palabra en (2º Tim. 4:1-5). Dios nunca permitirá nunca que nos pase nada que nosotros, juntamente con él, no podamos superar, sin tener en cuenta los obstáculos.
Así que, aceptémonos primero, primero, confiemos en la ayuda de Dios y avancemos hacia la eternidad.
Pablo había cumplido de la mejor manera la misión que Dios le había encomendado, y no vacilaba en expresar su confianza de que su ministerio había sido delante de Dios correcto y exitoso.
Pablo da toda alabanza a Dios, ya que le dio la fuerza y el poder para realizar la obra.
Creo fiel mente que cuando Dios dirige, a un colportor, o a los miembros de una comunidad, para llevar la verdad presente, y la hace con todas las consecuencias, está haciendo lo correcto delante de Dios.
Pablo así lo entendía, y así lo entendemos los hijos de Dios.
Los principios del reino deben estar deben estar claros en nuestra mente.
“Amar a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo. Y amar a Dios es guardar su ley, y ayudar a la viuda y al huérfano.
Y no tenemos que ver nuestros defectos, sino mirar hacia adelante.
Pablo tenía un espejo donde mirarse cada día. Cristo era su espejo, y cada día se miraba para ver si andaba por el camino correcto.
Cada uno de nosotros, los que esperamos la venida de Nuestro Señor, deberíamos mirarnos al espejo de Cristo para ver si andamos en el camino correcto.
Los principios del reino deben de estar escrito en nuestros corazones y en nuestra vida.
“No soy mucho, pero soy todo lo que soy”, Esto es importante Dios no nos va a pedir más de lo que podemos hacer, cada uno tiene una misión y debe de cumplirla.
Cuando William Booth, fundador del ejercito de salvación, se le informo que iba a quedarse ciego, dijo con mucha calma: “He hecho por Dios cuanto he podido con dos ojos.
Ahora aré cuánto pueda sin mis ojos”. Pablo estaba ciego en la cárcel de roma, y el también hizo todo lo que pudo por la obra de Dios.
Dios nos ha hecho ministros competentes, sea pequeño o grande nuestro ministerio. Tenemos que acelerar la venida de Jesús a la tierra. Los tiempos en que vivimos, son muy convulsivos.
No nos tenemos que mirar a nosotros mismos, sino mirar como a lo invisible, sabiendo que la venida de Cristo esta cerca. (1º Tesalonicenses 4:13-18).
Pablo nos insta a predicar la palabra en (2º Tim. 4:1-5). Dios nunca permitirá nunca que nos pase nada que nosotros, juntamente con él, no podamos superar, sin tener en cuenta los obstáculos.
Así que, aceptémonos primero, primero, confiemos en la ayuda de Dios y avancemos hacia la eternidad.
MARANATA.
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