Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; por que en ti ha confiado. Isa. 26:3
¿Es la paz la elusiva recompensa que recibimos por una disciplina con concentración en Dios?¿O es una realidad tangible que proviene de saber que Dios es absolutamente confiable? Cuando más encontramos a Dios lo vemos totalmente atrayente que no podemos sacarlo de nuestra mente, tonto más paz tendremos.
Esto no es un sentimentalismo superficial, como cuando uno suspira por un amante terrenal. Tampoco un rígido intelectualismo puede satisfacer el ansia del alma. Sólo cuando comenzamos a captar la irrefutable verdad de un Dios sabio y amante es que podemos finalmente llega al punto de hacer la decisión más práctica de nuestras vidas.
Confiamos en El, y al confiar en El encontramos perfecta paz y armonía. El salmista escribió: “La justicia y la paz se besaron” (Sal. 85:10).
La justicia, es el momento en que llegas a tener una relación correcta con tu Creador Dios, porque se a eliminado en el camino los rastrojos, las piedras, las montañas y riscos, y se a limitado la justicia, ese es el momento que tenemos una relación intima correcta con tú Creador.
Las palabras hebreas tsé·dheq y tsedha·qáh, así como la griega di·kai·o·sý·nē, transmiten la idea de “honradez” o “rectitud”, e implican la existencia de una norma o patrón que determina lo que es recto. El término “justicia” se utiliza con frecuencia en un contexto legal.
Se ha derribado los malos conceptos acerca de El, produce paz como consecuencia natural. ¿Que es la paz? ¿Una ausencia de problemas? ¿Una “chatuta” (mediocridad) emocional? ¿Es la presencia permanente de Dios para impedir que caigamos en los charcos (pozas)? (foto de una poza pirneo)
La paz genuina es una afirmación de fe, independencia de las circunstancias. Es una confianza inamovible en quién es Dios y cómo ha escogido tratar con la complejidad del problema del pecado.
El da el gozo interior y celebración por Aquel que ha resuelto completamente lo que parecía insoluble – la combinación de la justicia con la misericordia. La paz es también muy practica.
Cuando uno cae en una poza, y que su salida es muy estrecha, Sabe que Dios no lo ha de abandonar. No se aflige tratando de imaginar por qué permitió que cayese en la oscuridad a esta poza. En cambio, nuestra fuerza y firmeza en El y nuestra relación con El nos permite mirar más allá de las pozas.
Uno sabe que las pozas en el verano muchas de ellas desaparecen, Dios existe para siempre. Algunos busca la paz en los sentimientos, o en la autocompasión.
Prueban su espiritualidad por medio de los sentimientos. En consecuencia, pasan mucho tiempo pensando en sí mismos en lugar de avanzar en la comprensión de Dios.
El originador de la paz. Se niega a cualquier emoción negativa en favor de una euforia que -según creen- la paz debe traer consigo. La triste verdad es que la paz nunca viene de esa manera. Dios no da paz, El es nuestra paz. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
[Os pido que oréis por mi.
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].
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