Entonces clamó a Jehová, y dijo
Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortalecerme, te ruego,
solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los
filisteos por mis dos ojos. Jueces 16:28.
Sansón pidió fuerza física
porque estaba peleando contra enemigos de carne. Los hijos de Dios
piden fuerza espiritual porque no luchan “contra sangre y carne”
sino contra fuerzas espirituales de maldad que los atacan desde
dentro de ellos y desde afuera. (Efes. 6:12).
La fuente de fuerza
para los cristianos de todas las edades es siempre la misma.
“fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”
(Efe.3:16)Mayor es el que está en la persona llena del Espíritu que
el que está en el mundo. (1º Juan 4:4).
Al igual que Sansón, es
posible que seamos cegados por el enemigo de modo que abandonemos a
tientas en las tinieblas espirituales de este mundo, preguntándonos
adónde acudir en busca de ayuda y curación.
“Si el mensaje de
salvación que predicamos es oscuro por nuestra manera de vivir, lo
es para los que se pierden.
Pues como ellos no creen, el dios de este mundo los ha hecho ciegos de entendimiento, para que no vean la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso, imagen viva de Dios” (2º Cor. 4:3-4, V. popular).
Pues como ellos no creen, el dios de este mundo los ha hecho ciegos de entendimiento, para que no vean la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso, imagen viva de Dios” (2º Cor. 4:3-4, V. popular).
Esta ceguera puede incluso ocurrir en
sólo un área de una vida cristiana de otro modo luminosa. Una
persona puede ser un dirigente prominente en el cristianismo
institucional y sin embargo esta cegado por el orgullo, la vanidad y
el ser el más importante de su iglesia, puede albergar algún otro
pecado.
Si sentimos que las tinieblas de la duda desciende sobre ti,
puede pedir al Espíritu Santo que lo conduzca nuevamente, no a los
pilares de un templo pagano, sino a la cruz de Jesús. Sansón le
pidió a un joven que lo guiase, y el Señor oyó su oración y
restauró su fuerza.
En la cruz usted y yo, veremos la luz que
disipará las tinieblas que han rodeado un área partícula de
nuestra vida.
Esta es la gran obra del Espíritu Santo que no sólo guía a los ciegos a la fuente de la luz, sino que también da la fuerza para destruir al enemigo oscuro que ha tenido autoridad sobre algún área de la vida.
Esta es la gran obra del Espíritu Santo que no sólo guía a los ciegos a la fuente de la luz, sino que también da la fuerza para destruir al enemigo oscuro que ha tenido autoridad sobre algún área de la vida.
Maranata:
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