sábado, 1 de julio de 2017

CUANDO LA JUSTICIA ES COMO VENENO.


¿Correrán los caballos por las peñas? ¿Ararán en ellas con bueyes? ¿Por qué habéis vosotros convertido en el juicio en verano, y el fruto de justicia en ajenjo? Amós 6:12.
¿Qué convertiría la justicia en veneno? Parece casi inconcebible. Justicia. La misma palabra nos hace pensar en la igualdad y los derechos de la conciencia. Pero los cristianos podemos conseguir que lo que es correcto llegue a ser muy malo. 

A menudo suponemos que conocemos tan bien a Dios que lo hacemos responsable por las decisiones que hacemos nosotros mismos. Decimos que el Señor hizo esto o me dijo que fuera allí, pero ¿es el Señor responsable por estas cosas? 

Al gunas almas fervientes pretenden ser guiadas un día por Dios hacia las mismas cosas por las que al día siguiente echan la culpa al diablo. 

¿Que decimos con tal inconstancia acerca de Dios? Ante los incrédulos aparecería como muy caprichoso. 

Cuando con toda seriedad decimos que Dios hizo que ocurriera algunas cosas malas para enseñarnos una lección. 

¿es extraño que algunas personas crédulas se siente mal del estómago? Espacialmente cuando tales sentimientos están empapados con palabras de amor. 

En realidad, conseguimos que sea tan fácil aceptarlo a El como para los caballos arar entre rocas. La forma en que actuamos tienen mucho que ver con esto. 

Criamos a nuestros hijos “en la verdad” hablando de doctrinas mientras tratamos, por así decirlo, de hacer correr sus caballos sobre las rocas de las evidencias de nuestro falso conceptos de Dios. 
Les decimos que El los ama, pero nuestro ejemplo deja mucho que desear, y por esa razón seremos terriblemente torturados sino le servimos correctamente. No conocemos a Dios. 

El castiga y reprende al que ama, pero su castigo no es el castigo que hacemos el ser humano. No comprendemos el amor de Dios. Dios no es así. 
El sabe que los caballos no pueden correr en los pedregales. El sabe que nunca llegaremos a confiar en El a menos que descubramos cuán razonable es. 

Su justicia no es como veneno; es el gran antibiótico celestial contra la expansión del virus del pecado en nuestros corazones y mentes. 

El pecado es nuestra respuesta predecible a tales conceptos distorsionados acerca de nuestro gran Dios. La justicia es su preexistente esfuerzos para reproducir la realidad en nuestras vidas. 

La justicia de Dios no es la justicia de un juez humano, ya que esta limitado por el pecado, sino más bien la de un maestro que desea impartir la verdad y la Justicia a sus alumnos. ¿No acudiremos alegremente para ser sus discípulos?
Maranata.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
http://segunda venida apocaliptica 
http://Viajes a través del tiempo y espacio.blogspot.com
(Oren por mi enfermedad, es muy delicada) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario