UN PROFETA FALLIDO.

Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas venían a encontrase con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. 1 Sam. 10:10
Nadie sino Samuel sabía que Saúl ya había sido ungido como rey, de modo que fue más bien un shock para el pueblo cuando Saúl comenzó a profetizar. 

Podía oírse al pueblo diciendo, con un tono de incredulidad en su voz: “¿Saúl también entre los profetas?” (ver. 11). Cuando la noticias se extendieron por el país como un viento caliente sobre la pradera, los israelitas podrían haber dicho: “

¿Conocen a ese benjamita alto y tímido, que es tan cohibido que se esconde cuando un grupo de personas llega a su casa? Bien, se ha convertido en un portavoz de Dios”. Aparentemente era como anunciar que una madre adolescente de dos niños preescolares de Harlem, Nueva York, repentinamente habían llegado a ser presidente de los Estados Unidos. 

A Dios le justa sorprendiéndonos mostrando lo que puede hacer mediante el poder del Espíritu Santo. Billy Bray era un minero ignorante cuya reputación como borracho deslenguado y no tenía rival en su localidad natal. 

Cuando Billy se convirtió, venía del “mas bajo infierno de maldad”.”En un instante el Señor me hizo tan feliz, que no podía expresar lo que yo sentía -Testifico Billy-- Grité de gozo, Alabé a Dios con todo mi corazón. . . 
 Decía la gente que yo estaba loco, pero lo que querían decir era que estaba loco de alegréía. Glorías a Dios” (F.W, B. The King, p. 20). Dios uso a Billy como poderoso guerrero de la oración para sanar a los enfermos, construir capillas y predicar el Evangelio en Inglaterra.

 El misterio profético enormemente predice el futuro sino que expresa palabras de “edificación, exhortación y consolación” (1 Cor.14:3).Es por esto que todos los cristianos deben orar para que pueda profetizar (1 Cor. 14: 1,39). 

Algunos de sus amigos pueden sorprenderse cuando usted, como Billy Bray y Saúl, les diera un mensaje de “fortalecimiento, aliento y consuelo” (NIV) del Señor, pero su ministerio en el poder del Espíritu Santo traerá palabras de advertencias y bendiciones a todo los que escuchen. 

La gente a quienes Dios usa a menudo se sorprende cuando ven el poder del Espíritu Santo que ministra a través de ellos. Es el Espíritu Santo que hace la obra, no somos nosotros la que hacemos. Solo somos instrumentos en sus manos. Amen.

[Os pido que oréis por mi. 
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].

Maranata:

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