TRANSFORMADOS POR EL ESPÍRITU

Les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Hech. 19:2.
El apóstol Pablo descubrió que muchos conversos judíos que habían aceptado el bautismo por inmersión y que eran discípulos de Juan, creyeron lo que Pablo les dijo acerca de Cristo. 
Fueron bautizados y el Espíritu Santo vino sobre ellos. Cierto es que en nuestro siglo, hay millones que no han oído hablar de Cristo. Aunque muchos millones han oído hablar de Cristo pero no lo aceptan. 

Es nuestra responsabilidad de presentarles a Cristo y al Espíritu Santo es el deber que Dios nos ha asignado. ¡Cuán maravillosamente interviene Dios y prepara el camino para que una persona se bautice! Pero también abra una gran multitud que aceptaran a Cristo en el último momento de su Venida. 

¡Que cambió produce en la vida de estos hombres y mujeres! En cierta aldea cuyo nombre no me acuerdo, vivía un médico hechicero y tenia dos hijos. 

Este hechicero con sus cantos y plegarias curaba a la gente, su especialidad era la curación de mordeduras de serpientes y insectos. 

Mientras el cantaba sus cantos el veneno que había en la persona perdía su efectividad y la persona se curaba. Uno de sus hijo tomo la decisión de seguir los pasos de su padre. Cierto día estaba el padre y el hijo adorando a sus dioses y fueron atacados por otro grupo opositor. Pelearon con palos y machetes. 

El hijo fue herido gravemente. Juro matar a cada uno de los que habían peleado contra él. Sin embargo Dios tenia otros planes. Llego un misionero Advet. A la aldea. Invito al joven ir a la escuela que se encontraba a veinte kilómetros de distancia. El Espíritu Santo trabajó en su corazón. 

Cuando retornó a su hogar era una persona convertida era un nuevo hombre. Ya no había odio en su corazón. Les hablo de Cristo de su amor, y de su pronta Venida. 

La gente veía el cambio en su vida y quisieron saber más de Jesús de su amor. 

Todos podemos ser transformados por el Espíritu de Dios. Los jóvenes tienen un campo in limitado de posibilidades para hablar de Cristo. 

Podemos ser conductores el Espíritu Santo nos habla para que obedezcamos a su mandato. 

Estamos al final del camino, los acontecimientos se precipitan, y hay muchas almas que ganar para Cristo. ¿Responderemos al llamado?

Maranata

Luis José de Madariaga.

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