ES HORA DE ESCUDRIÑAR NUESTRO CORAZÓN.

Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. 2º Cor. 13:5. pp.
Una de las demandas de Dios es que nos examinemos. El ser humana evitan el examen propio para no descubrir que no son todo lo que quisieran ser o piensan que son. 
Hay pocos que pueden soportar verse como realmente son, pues tal espectáculo con frecuencia es demasiado pertubador para su yo. Pero en lugar de enfrentarse con lo que realmente son, se concentra en ver las faltas de otros; y al hacerlo pierden de vista sus propias faltas y llegan a convencerse de que son mucho mejores que sus hermanos. (cf. como 2 Cor. 10:12). 
Otro de los puntos importantes son: el uso de los dones que Dios les concedió. Los cristianos tienen derecho a llevar el nombre de hombres y mujeres solamente en la medida en que empleen sus talentos para el bien de otros. 
Mientras ayuda a otros están más unidos con Dios. 
El que es fiel en su entereza recibida de Dios no solamente procurará la felicidad de su prójimo en esta vida sino los ayudará a obtener la vida venidera. . . 
Se le pide al hombre que ame a Dios por sobre todo, con toda el alma, con toda su fuerza y con toda su mente; y a su prójimo como a sí mismo. 
 Esto no le es posible a menos que se nieguen a sí mismos. Negarse a sí mismo significa el dominio del espíritu cuando la pasión disputa por la supremacía; resistir la tentación de censurar y de hablar palabras de critica y otras palabras incoherentes para un cristiano. 
 La fe de que habla Pablo, no es la forma doctrinal, sino en un sentido practico. Es una profunda convicción respeto a la relación personal que uno tiene con Dios, la confianza y al santo fervor que nace de la fe en Cristo como Señor y Salvador. 
Muchos cristianos nominales piensan que es suficiente probarse a sí mismo en ciertos puntos de menor importancia, la asistencia a la iglesia, el diezmo, las ofrendas, y la observancia del día de reposo. Todo esto está bien pero hay mucho más. (Miq. 6:8; Mat.19:16-22; 23:23). 
Las cosa de mayor importancia incluyen: Experimentar la gracia salvadora, la transformación, la lealtad a toda voluntad revelada de Dios, la sinceridad de motivos, y interés abnegados en nuestro prójimo. 
 Recordemos que necesitamos ser fortalecidos por una constante vigilancia y oración. 
Mientras miréis a Cristo, seréis salvos; debemos confiar en Cristo, el peligro es confiar en nosotros mismos. El que está en armonía con Dios constantemente depende de su ayuda este estará firme.

Maranata

Luis José de Madariaga.

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