Hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Belsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos, y dije el sueño delante de él, diciendo. Daniel 4:8.
En la consideración de este texto no nos interesa por el momento el sueño del rey ni su interpretación. Lo que nos concierne es el testimonio del rey ante toda su corte, acerca del poder que regía la vida de Daniel.
El rey reconocía el poder de intepretación inspiradora y en la confianza en el poder y el entendimiento superior de Daniel con referencia a los otros astrólogos o adivinos. Nabucodonosor reconoció que el poder que había en Daniel de Dios.
Por eso dio crédito al que a quien correspondía. “El que mora el espíritu de los dioses santos” o “Que tiene en sí el santo espíritu de Dios” . Pensemos en este testimonio por un momento. Que piensa la gente de nosotros que nos conoce.
Esta tarde vi un testimonio de unos jóvenes Adventistas en China, cuidando y lavando a la gente leprosa, dándoles de comer, haciéndole la cama y todo por amor.
Me impacto mucho, porque era una sociedad marginada dentro de la misma sociedad.
¿Podemos testificar de que estamos llenos del Espíritu de Dios? ¿Estamos dando el ejemplo ante una sociedad consumista del ocio? ¿Que piensa los miembros de tu iglesia? ¿Qué piensa los miembros de tu familia?
Nuestro ejemplo, nuestra palabras y nuestros actos deben de reflejar que tenemos el Espíritu Santo? ¿Qué había en Daniel que hizo que el rey se diera cuenta de que estaba lleno de un Espíritu que ninguno de sus astrólogos y sabios tenían? ¿La capacidad de interpretar sueños?
En parte sí, pero sus sabios podían interpretar sueños. ¿Qué fue entonces, lo que vio el rey? El rey vio amor, ya que el había salvado de la muerte a sus compañeros, y lo más profundo que vio el amor por su Dios.
El testimonio de Daniel ante su Dios fue tal, que adoro a su Dios con las ventanas abiertas. No tuvo miedo a la muerte, su confianza fue tal, que estaba dispuesto a todo.
El rey reconoció tal confianza. Daniel entrego los mensajes divinos, a pesar de la sentencia que había contra todos los magos.
¿Que haríamos tú y yo ante tal peligro? ¿Daríamos testimonio de que adoramos al Dios verdadero? Obras son amores, que no buenas razones. Significa que las buenas palabras deben ir acompañadas de hechos (de obras) porque de lo contrario se quedarían en promesas.
Daniel entregaba los mensajes divinos, a pesar de las consecuencias. Los mensajes eran dados con bondad, y con amor.
Daniel es una referencia para el pueblo de Dios. ¿Entregamos nosotros sin temor, y con amor, el mensaje del tercer ángel?
¿Ayudamos a la gente a ver que Cristo esta cerca? Yo creo que si. Que el Espíritu de Dios nos ayude a hacerlo de esta manera.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
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