EL AYUDADOR DIVINO

Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 1º Cor. 2:10.
El plan de Dios comprende una revelación continua de verdades para su pueblo (2º JT. t.2. p. 308). Los que aman a Dios reciben la compresión de las cosas divinas. 

Esta compresión es para los que aprecian quien es Dios y todo lo que ha hecho por ellos, para los que están dispuestos y anhelan aceptar todo sus recursos que haya preparado para ellos e investigar la verdad como si fuera un tesoro escondido. 

Cuanto más nos atengamos a la sencillez de la verdad, con tanta mayor seguridad comprenderemos su profundo significado. Si el corazón esta bajo la inspiración del Espíritu de Dios puede decir: “La exposición de tu palabra alumbra; hace entender a los simples” (Sal. 119:130). 

Esto significa que la palabra es interpretada por el Espíritu Santo, si el estudiante la leyera con atención. 

No es la mera letra de la palabra lo que da luz y entendimiento, sino que la Palabra es escrita de una manera especial en el corazón, aplicada por el Espíritu Santo. 

Cuando se comunica la luz a otros, la mente y el corazón consagrados recibe una mayor medida de compresión. Cuando más lugar uno le dé a la entrada de la Palabra de Dios, tanto más será enriquecido intelectual y espiritualmente. Tendrá un juicio más claro y menos torcido y su visión será más compasiva. 

Su estima de las cosas espirituales será más correcta. Su entendimiento, bajo el poder eficaz del Espíritu Santo, se ejercerá para asimilar la verdad haciendo de ello un beneficio personal, fortaleciendo el alma a realizar obras de anegación. 

Agradezco al Señor con todo mi corazón, y alma y voz porque él puede, mediante la entrada de la Palabra en el corazón, aumentar nuestras facultades para entender distinta claramente, no solamente las cosas espirituales sino también las materiales con las cuales estamos relacionados.

Tanto hombre y mujeres debemos tener una mente santificada por medio del Espíritu Santo. Debemos preguntarnos ¿Honrara a Dios este acto que estoy por realizar? 
 
Siempre habrá un humilde espíritu de profunda humildad y se pondrá menos en la confianza y sabiduría humana y mucho más en la búsqueda de la sabiduría de Dios y con la humilde oración: 

Enséñame tu camino y hacer tu voluntad. Y el Señor creará una corriente de pensamiento que será sabio seguir. (Basado en la carta de 144, 1898).

Maranata

Luis José de Madariaga.

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