Y le daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra y en medio de su carne, y les daré un corazón de carne. Eze 11:19.
El nuevo Israel de Dios se caracterizaría por una unidad de propósito y de acción. Desgraciadamente, el fracaso de Israel impidió que esa promesa se cumpliera.
Jesús oro para que esta promesa se cumpliera en el pueblo espiritual de Dios. Su oración fue contestada en la iglesia primitiva, cuya multitud “era de un corazón y un alma”.
Hasta hace poco el hombre pasaba con un corazón. Cuando este fallaba el hombre moría. Hasta que llego el doctor Christiaan Barnard y en 1967 que hizo el primer transplante de corazón. La pregunta es: ¿cambió los hábitos de la vida del receptor? No mucho.
Los viejos hábitos seguían gobernando su vida. El apetito no cambiaba. Seguía bebiendo y fumando. El hombre pensaba lo mismo que antes. Lo que los médicos no pueden cambiar ni hacer un transplante es en el receptor (la mente). El verdadero ordenador es la mente del hombre.
Solo Dios puede hacerlo. El hombre no puede cambiar sus hábitos amenos que se entregue a Dios. Ezequiel dio un mensaje a los deportados de Babilonia, les daría un corazón nuevo. Una nación con un propósito común, una nación con un espíritu nuevo, el Espíritu de Dios para guiarlos Dios prometio un transplante en masa.
¡Qué pena que tan pocos judíos aceptaron salir de Babilonia para regresar a su tierra de Israel! Judá chasqueo a Dios e “impidió el cumplimiento de la promesa. Jesús oró porque la bendición se cumpliese en la iglesia cristiana.
Cierto es que su oración se cumplió en parte, hasta que entro las ideas erróneas de la idolatría. Durante 21 siglos la desunión ha separado a los creyentes, católicos, protestantes, sin contar a Judíos y musulmanes.
Ahora en pleno siglo XXI el Espíritu de Dios esta reuniendo al remanente para recibir en la segunda venida de Cristo. Muchos judíos y árabes están aceptando a Cristo como Mesías y Salvador. Su promesa de un nuevo corazón se esta cumpliendo.
Hombre y mujeres con un corazón divinamente transplantado, motivados por una misma fe y creencias, están llevando al mundo con el Espíritu Santo, el último mensaje al mundo.
Un corazón transplantado solo puede llevar el último mensaje de amonestación. ¿Tienes un corazón transplantado? ¿Necesitas uno? El Cirujano divino te lo dará. Solo espera tu decisión a recibir el nuevo corazón q ue ha prometido.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
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