viernes, 17 de abril de 2015

" EL CORDERO ES SU LUMBRERA"


Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el cordero (Cristo). La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la iluminara, y el Cordero es su lumbrera. Apoc. 21:22, 23.

El cielo es un lugar preparado para gente que esta preparada para vivir en ella. Es el único bien perdurable que puede poseer el hombre en una tierra renovada. ¿Que poseerá el hombre una vez obtenido el premio por nuestra lealtad a Dios?

El santuario terrenal simbolizaba la morada de Dios. A causa del pecado, Adan y Eva fueron echados del Edén y de la presencia de Dios. Cuando el pecado sea destruido, la iglesia podrá orar nuevamente en la presencia divina.

Juan nos describe la hermosa ciudad, Dios y el cordero son el templo de la Nueva jerusalén i que la Santa Ciudad esta iluminada por la gloria divina.
No tiene necesidad de cuerpos celestes (sol, y luna estrellas que alumbre por la noche). 

El resplandor glorioso de la presencia de Dios proporcionará na luz que no dañara a la vista. (Isa. 60: 19-20) y (1º Cor. 13-18).Por un momento imaginaros que estamos viendo una película. Estamos en una ciudad hermosa, brillante y glorioso. La hierba es de un verde vivo y las aves cantaban dando su sonido dulce y majestuoso.

Los moradores que habitaban a tierra gloriosa eran de todas las estaturas; eran nobles, majestuosos y de un gran parecer.
Llevaban la manifestación e imagen de Jesús, y su semblante refulgía un santo júbilo, como expresión de la libertad y dicha que en aquel lugar disfrutaban.

Contemplamos dos árboles, uno de ellos era el árbol de la vida, el otro también era bello y hermoso ambos. 

Pero uno de ellos no se podía comer, el otro era para salud de las naciones, y de este árbol si se podía comer. No había bosque oscuros ni tenebrosos, no había mares, sus lagos eran muy hermosos y sus bosques.

La ciudad es muy hermosa, calles de oro, casas sin puertas, imaginaros por un momento, que una de esas casa es vuestra. Y entras y ves un anaquel, para depositar tu corona, y de repente entra un león que te acaricia y quiere ser tu amigo. 

Sales afuera de tu casa, y tus ojos se fijan en un hombre alto, y hermoso, que te sonríe y extiende su mano y ves unas marcas n la palma de la mano, te abrazas a él. 

Tus ojos se llenan de lagrimas, no sabes que decir, sí, es Jesús, que viene a saludarte y a darte la bienvenida. 

Abres tus ojos y te encuentra con la triste realidad que estas en la tierra sombría.
Esta es apenas una ilustración de lo que será ver a Jesús, nuestro Salvador. ¡Sin duda pondremos nuestras coronas a sus pies nos postraremos delante de él con un gozo que no se puede describir. Hoy nos llama Jesús para que nos preparemos para su venida Amen.
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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