¿Y maravillábanse
los judíos, diciendo: ¿Como sabe éste letras, no habiendo
aprendido? Juan 7:15.
Esta pregunta de los
fariseos y saduceos, llevaba implícita la ignorancia de su corazón
con respecto a Cristo, no quiere decir que Jesús era inculto, sino
que Jesús no poseía una preparación teológica rabínica.
El rabino
Gamaliel I fue un fariseo reconocido doctor de la ley y prominente miembro del sanedrín
en la mitad del primer siglo. Hechos de los apóstoles Gamaliel es descrito como fariseo con gran autoridad entre sus
contemporáneos. Representante de los liberales en el fariseísmo (la
escuela de Hillel era opuesta a la de Shammai). Para todo buen judío
era obligatorio ir a la escuela rabinica para tener un conocimiento
de la Torah.
En su niñez Jesús
asombró a los doctores de la ley con su sabiduría. Todos los que
le oían, se maravillaban de su inteligencia y de su conocimiento de
la Torah, las respuesta eran concisa y directas. (Luc. 2:47).
Jesús no obtuvo su
conocimiento en forma milagrosa: lo logro con su esfuerzo y con la
ayuda de Dios, su madre fue una gran influencia en su niñez.
Cristo les dijo a los fariseos: Mi doctrina no es mía, sino aquél que me envió.
Cristo les dijo a los fariseos: Mi doctrina no es mía, sino aquél que me envió.
En el desierto se
enfrento con Satanás solo con la Biblia (Biblia hebrea, oh la
Torah): “Escrito esta” No solo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mat. 4:4).
Este principio
eterno se aplica a todos los hombre. El estudio diligente de la
Biblia siempre produce crecimiento espiritual.
La opiniones
humanas, los asertos científicos aun los dogmas religiosos se han
de probar con la palabra. Jesús sabía que en ellas encontraríamos
el único camino y nuestra única defensa contra el error, bien sea
teológico o ideológico.
Cuando los saduceos
quisieron enredarlo con preguntas trampas y alternas, les respondía:
¿No erráis por esto, sino por que ignoráis las escrituras (la
Torá) y el poder de Dios. (Mat. 12:24). Con frecuencia los hombre se
quejan de que es difícil discernir “que es la verdad” en la
religión.
Destacan las muchas
diferencias que prevalecen entre los cristianos en asuntos de
doctrina, y afirman que no pueden decir que tiene la razón. En
millares de casos esa respuesta incapacita a la persona para
descubrir la verdad y se convierte en una excusa para vivir sin
ninguna religión.
Las respuesta de
Jesús a los fariseos se resumen en estas palabras: “Si no oyen a
Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirían aunque alguno se
levantase de los muertos” (Luc. 16:31). Jesús creía que la
Palabra (la Torá) Divina era mucho más digna de confianza que los
milagros.
Creo firmemente que
no hay ningún método más fidedigno y seguro para el estudio de la
Palabra que la Escuela Sabática.
El estudio sistemático es una bendición para el hombre.
El estudio sistemático es una bendición para el hombre.
Cristo estudiaba las
Escrituras para fortalecerse, cuánto más nosotros que estamos
expuesto a ser desviados. Creceremos en proporción al alimento que
asimilemos de la palabra de Dios.
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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