viernes, 20 de marzo de 2015

ALABA Y REGOCIJATE EN ÉL SEÑOR.


Regocijaos en el Señor siempre: Otra vez digo: ¡Regocijaos!Filipenses 4:4. 

Pablo nunca se cansa de repetir que el gozo santo es uno de los principales deberes y privilegios del cristiano. El Señor es siempre el mismo (cf Mal. 3:6.  Heb. 13:8; Sat. 1:17.) 

 El amor de Dios, su consideración su poder, son los mismos en tiempos de aflicción en tiempos de prosperidad. El problema radica que no permitamos que el enemigo controle nuestra mente.

Debemos de dejar los pensamientos oscuros y lóbregos, y volverlos hacia la mente del Salvador, la gloria del cielo, y la rica herencia preparada para todos los que son humildes y obedientes y poseen corazones agradecidos y una fe permanente en las promesas de Dios.

Hace tiempo tuve una experiencia con una persona consagrada a Dios, pero las envidias y los celos de sus compañeros, hombres que apariencia eran hombres de Dios, hicieron que este hombre tuviese una depresión hasta pensar en suicidarse. 

 Pero en un momento de ese periodo de su vida, se pusieron de rodillas su esposa y el, implorando que les ayudara en su enfermedad. Tal fue la respuesta y la fe demostrada, que el señor les dirigió a unos de los médicos más celebres de España. A los tres años el estaba curado totalmente. Se gozo en el Señor, Dios en aquel día pedirá cuenta a esos hombres.

Hoy es un hombre dedicado a servir a Dios. El poder de Cristo para proporcionar paz al corazón no depende de circunstancias externas; de modo que el corazón que se refugia en él puede regocijarse continuamente de su Salvador.

El Apóstol repite y exhorta como si quisiera prevenir todas las objeciones en cuanto a la imposibilidad de regocijarse en medio de circunstancias desfavorables. Dios suplió la necesidad de este hombre, Dios suplirá las necesidades que pueda tener el cristiano. 

Elias fue alimentado, Naamán fue curado, por que tuvo fe, Ezequías enferma de muerte y fue sanado por Dios, La vida de los tres jóvenes hebreos fue salvada, Daniel fue salvado de los leones.

En los últimos días, inmediatamente antes del retorno de Cristo, cuando las condiciones sean conflictivas, el pan y el agua serán seguros para el pueblo de Dios (Isa. 33:16). Es por eso que Pablo y Juan nos están diciendo: ¡Regocijate! ¡Regocijate ! 

Ninguno que sirve al Señor no tiene por que temer ya que la promesa es segura, No te dejare ni te abandonare el que guarda a Israel (espiritual). Los que buscan primeramente el reino de Dios y su justicia, recibirán por añadidura todas las cosa que necesitan, entre las más importantes la salud mental. Mateo. 6:33.
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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