No se turbe vuestro
corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi
Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho;
voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14-1-3.
Una experiencia que
nos puede hacer pensar.
Cierto pastor y su
esposa fuero a visitar un pueblo natal de su amada esposa. Visitaron
muchos lugares, pero a lo lejos vieron un pequeño muelle típico de
los pueblos costeros. El muelle estaba en ruinas, medio destruido,
como yo e visto muchos en mi país.
Paseando con su
mujer, encontraron a un joven que llevaba una maleta de esas de
cartón antiguas. La curiosidad de ver a un joven, bajo la lluvia les
sorprendo. El pastor se dirigió a él, ¿Que estas haciendo bajo la
lluvia? ¿no sabes que te vas a empapar y te pondrás enfermo? El
muchacho le miro sonriente y le dijo: Espero un barco que va avenir
a buscarme.
El pastor y su esposa, sabían que ese muelle viejo y
destartalado no entraban barcos, y le invitaron a que a su antigua
casa que a la sazón no estaba muy lejos del pequeño puerto. El
pastor tenia miedo a que ese jovencito cogiera una pulmonía con el
agua que estaba cayendo. Pero el niño insistió en permanecer en el
puerto
El pastor y su
esposa no queriendo dejar al niño solo, esperaron y con el paraguas
lo taparon. Al cabo del tiempo vieron un vapor que se acercaba al
muelle medio destrozado. Lentamente el barco se acerco al muelle, y
se detuvo en el muelle.
Un brazo fuerte
alcanzo al niño y lo subió a bordo del barco. Cuando el barco se
estaba alejando el muchacho se volvió a los esposos y les dijo en
voz alta: “¡Yo sabía que el barco iba a venir porque mi papá es
el capitán!”
Que lección podemos
aprender de este relato. La pregunta es: ¿Creemos que Jesús vendrá
por segunda vez? O ¿es una invención de los hombres evolucionistas
y ateos? O ¿es un cuento de hadas? ¿Tenemos registradas sus
palabras solo en nuestra memoria o son ellas parte de nuestra vida?
¡No! Los hechos históricos y proféticos y la Palabra nos dice que
es un echo consumado y que Cristo vendrá.
Ahora bien. La frase
“vuestro corazón” se refiere a la sede de la vida espiritual y
no al corazón mental. Pero lo cierto es que este último también
recibe una influencia favorable si creemos en el Padre y en el Hijo.
La incredulidad y el temor pueden producir muchas enfermedades
espirituales y físicas.
Quien no tiene fe no
cree en la venida de Cristo, estos son los que no son llamados a ser
salvos. Pero la fe en Dios es el mejor remedio para nuestro corazón
turbado. Es maravilloso contemplar a Cristo por la fe así el
cristiano se prepara para la segunda venida de Cristo.
Hay que tener la fe de un niño, sin fe es imposible agradar a Dios. Esta es una realidad absoluta, inconmovible. Si así no fuera, Cristo nos lo hubiera dicho. El siempre nos dice la verdad. Debemos tener la convención, la certeza, de que sus promesas son seguras. ¡Vendrá otra vez!
Hay que tener la fe de un niño, sin fe es imposible agradar a Dios. Esta es una realidad absoluta, inconmovible. Si así no fuera, Cristo nos lo hubiera dicho. El siempre nos dice la verdad. Debemos tener la convención, la certeza, de que sus promesas son seguras. ¡Vendrá otra vez!
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica