lunes, 29 de agosto de 2016

OASIS EN EL DESERTOI


El justo florecerá como las palmeras; crecerá como cedro en el Líbano. Sal. 92-.12.
Recuerdo el desierto del magreé, o el desierto de Israel, ver al fatigado viajero afanándose por las clientes arenas de estos desiertos, buscando un Oasis para protegerse de los rayos del sol. 

Sabiendo que la provisión de agua se esta agotando y no tiene nada con que calmar su ardiente sed. Sientes que la lengua comienza a hincharse. El sudor cada vez es mayor, uno empieza a tambalearse y tu visión te juega malas pasadas. 

Ves que las dunas son cada vez más grandes y ves que hay grandes lagos de agua, cuando en realidad son dunas. De repente a lo lejos ves una silueta alta, vuelves a mirar, pero los rayos del sol te ciegan. 

La temperatura alcanza los 45 grados, estás a punto de caer en el desierto y de pronto ves una palmera, verde floreciente. 

La esperanza acelera tu corazón. Avanza sabiendo que aquello que alimenta a la palmera puede darte vigor y apagar su set y dará vigor refrescara la sangre y renovara tu vida. 

Esta fue una de mis experiencias en el desierto. 

Así como la palmera del desierto es guía y consuelo para el desfallecido viajero, igualmente lo es el cristiano para el mundo. 

 Está para conducir hasta el agua de la vida a las almas cansadas, llenas de desasosiego y a punto de perecer en el desierto del pecado. Está para señalar a sus semejantes a Aquel que hace a todos la invitación: “Si alguno tiene sed, venga a mi y beba”. 

 El cielo puede parecer inclemente, las quemantes arenas pueden castigar las raíces de la palmera amontonarse en su tronco; sin embargo, el árbol sobrevive, fresco y vigoroso. 

Removed la arena y descubriréis el secreto de su vida; sus raíces penetra hasta lo más profundo para encontrar la fuente de la vida, el agua que da la vida. 

 Lo mismo sucede con el cristiano. Su vida está escondida con Cristo en Dios. Jesús es para él un manantial de agua que brota para vida eterna. . . Y, en medio de toda la corrupción del mundo, es fiel y leal a Dios. . . 

Los semblantes de los hombres y las mujeres que caminan y trabajan con Dios expresan la paz del cielo. Están circundados de la atmósfera celestial. 
 Para estas almas, el reino de Dios ha comenzado. Tienen el gozo de Cristo en su corazón. The Watchman 5-5-1908).
Maranata
Luis José de Madariaga.
http://lecciones-biblicas.blogspot.com0
http://judaislacris.blogspot.com,
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
ttp:// segunda venida apocalíptica.
La Biblia a través del tiempo.
Ver La película del Deseado de
Todas las Gente. En
http://www.facebook.com
Anoche  no pudimis transmitir este blog por problemas técnicos

No hay comentarios:

Publicar un comentario