jueves, 23 de junio de 2011

LA LEY DE JEHOVÁ, ES HECHADA POR TIERRA.

Óigate Jehová en el día del conflicto, Defiéndate el Nombre de Dios de Jacob. Sal. 20:1.

Desde el mediado del siglo XIX, los que estudian la profecía de los Estados Unidos han presentado este testimonio ante el mundo. En los acontecimiento que se están desarrollándose actualmente, y especial en dicho país, se ven rápidos avances hacia el cumplimiento de dichas predicciones. . . (foto. Unidos en todos los puntos, para invalidar la ley de Dios).

Los maestros protestantes presenta los mismos aserto de autoridad divina en favor de la observancia del domingo y adolecen de la misma faltas de evidencias bíblicas que los dirigentes papales. . . La historia prueba lo astuta y persistente que es en sus esfuerzos por inmiscuirse en los asuntos de las naciones, y para favorecer sus propios fines, aun a costa de la ruina de príncipes y pueblos, una vez que logró entrar. (foto. Roma destruye la ley de Dios).

En el año 1204, el papa Inocencio III arrancó de Pedro II, rey de Aragón,
(España) este juramento extraordinario: "Yo, Pedro, rey de los aragoneses, declaro y prometo ser siempre fiel y obediente s mi señor, el papa Inocencio, a sus sucesores católicos y a la iglesia romana, y conservar mi reino en su obediencia, defendiendo la religión católica y persiguiendo la perversidad herética." (-Juan Dowling, The History of Romanism, lib, 5, cap. 6, sec. 55.

Esto está en a
rmonía con las pretensiones del pontífice romano con referencia al poder, de que "él tiene derecho de deponer emperadores, reyes, (y presidentes de una nación), "pueden designar a los súbditos de la lealtad debida a gobernantes perversos"-Modheim, lib. 3, siglo II, parte 2, cap. 2, sec, 2, nota 17,

Y téngase presente de Gregorio VII y de Inocencio III son aún los principios de la iglesia católica romana; y si solo tuviese el poder, los pondría en vigor con tanta fuerza hoy como en siglos pasados. Poco saben los protestantes lo que están haciendo al proponerse aceptar la ayuda de Roma (del papado) en la tarea de exaltar el domingo. (foto Gregorio VII y Inocencio III).

Mientras ellos tratan de realizar su propósito, (los protestantes) Roma tiene su mirada puesta en el restablecimiento de su poder, y tiende a recuperar su supremacía perdida.
Establézcase en los Estados Unidos el principio de la iglesia pueden emplear o dirigir el poder del estado; que las leyes civiles pueden hacer obligatorias las observancias religiosas; en una palabra, que la autoridad de la iglesia con la del estado debe dominar las conciencias, y el triunfo de Roma quedará asegurado en la gran República de la América del Norte. . .

La Palabra de Dio
s ha dado advertencias respecto a tan inminente peligro; descuide estos avisos y el mundo protestante sabrá cuáles son los verdaderos propósitos de Roma, pero ya será tarde para salir de la trampa. Roma, está aumentando sigilosamente su poder (en todas las arias).

Su doctrina está ejerciendo su influencia en la cámara legislativas, en la iglesia y en los corazones de los hombres. Ya está levantando su soberbios e impotentes edificios en cuyo secretos recintos reanudará sus antiguas persecuciones.
[En Europa muchos murieron en los sótanos de las grandes Catedrales, en los tormentos inquisitoriales). (C.S. p.637-638).
(Foto. St. Patrick' S la Iglesia más grande de los Estados Unidos, Católica).

J. de M.

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