NUESTRAS RAÍCES.

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán Mateo 1:1.

Para la mayoría de los hombres, nos gustaría saber nuestros orígenes. Como cristianos sentimos tal curiosidad. 

Nos gustaría saber cuándo vinieron al Nuevo Mundo nuestros antepasados, de que pueblo de España eran, o que país de Europa eran. 

Mis raíces vienen del país vasco, y de Francia, la de mi esposa de Galicia. Para algunas personas la búsqueda de sus raíces es muy importante. 

En la Edad Media era de gran importancia saber su descendencia, si eran Nobles o Plebeyos. Tuve un amigo judío, el cual sabía toda su descendencia desde la salida de Babilonia hasta sus días. 

Muchos de los sacerdotes que salieron de Babilonia no pudieron demostrar su linaje, y no pudieron ejercer su sacerdocio en Israel (Esd.2:61-63).

Hoy día los nombres sirven mayormente como identificación. Pero en tiempos bíblicos era diferente. 

El nombre daba testimonio de la fe y de la esperanza de los padres (PR 352), y de las circunstancias del niño, de su propia características y su misión en la tierra. 

El nombre de Jesús está lleno de recuerdos históricos y de vislumbres profecías. 

Así como Josué había guiado a Israel a la victoria hacia la tierra prometida, así también Jesús como nuestro capitán nos introducirá en la tierra prometida. 

Su linaje desciende desde Abrahán , como de David. Como es hijo de Abraham Jesús pertenece al pueblo de Israel Etc, Cristo pudo demostrar su linaje. 

Cada ser humano que cree en Jesús, y acepta lo que él dice y lo pone por obra, es hijo de Abraham, y por ende hijo de Dios. 

Luego nuestro hermano mayor es Cristo Jesús. El pecado había encerrado al hombre (Rom.6:16; 2 pedro 2:19).

 Cristo vino para quebrantar las cadenas, abrir las puertas de la cárcel y dar libertad a los cautivos de su condena de muerte (Isa. 61:1; Rom. 7:24-25; Heb 2:15). 

Cristo vino a salvarnos de nuestros pecados y delitos. Vino no sólo para salvarnos, sino de nuestras tendencias inherentes que nos lleva al pecado. 

Los que seguimos a Jesús con lealtad, debemos de demostrar al mundo nuestra decadencia en Cristo. 

Tal debe de ser nuestro ejemplo ante la comunidad, que nos observa cada movimiento que hacemos.

Cristo dio ejemplo de su linaje, nosotros tenemos que hacer lo mismo, sino deshonramos el nombre de nuestro Señor. 

Cristo no vino a restaurar su reino, sino vino a restaurar el dominio de Dios en el corazón de los hombres. 

Es por eso que nuestro ejemplo tiene que ser intachable ante los demás.

MARANATA.

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