Jehová el Señor medio lengua de sabio, para saber hablar palabras al cansado, despertará mañana tras mañana. Despertará mi oído para que oiga como los sabios. Isa. 50: 4.
Esta profecía mesiánica del profeta Isaías describe lo que Marcos nos permite tener una vislumbre de la vida de oración de Jesús. Aquí Jesús, el “siervo” Se menciona (Isa. 41:8).
El 'ebed no sólo servía a su Señor, sino que también lo honraba.. . Tal siervo no era forzado, sino su servicio era voluntario. La mano ayudadora deba evidencias de un corazón amante.
Del mismo modo, un “siervo” de Dios es el que le ama y le sirve, el que rinde un servicio amante. Jesús como nuestro gran ejemplo nos dio testimonio de ellos.
Jesús tenía la buena costumbre de levantarse muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
La buena costumbre de Jesús de orar y de cantar salmos, era para él una fuerza inmensa, que le daba energía para todo el día.
Cada mañana era instruido por el Padre, para que diese a conocer sus designios a su pueblo.
Se que hay hijos de Dios en este mundo, que cada mañana lo primero que hacen es cantar himnos y cantar Salmos. Con ello reafirma su fe y confianza en sus Dios, y tienen energía para todo el día.
Cristo hacía esto todos los días. Yo te invito a que lo hagas, y tendrás una nueva experiencia con Dios. “Para esto he venido” (Mar. 1:35-39).
Estas palabras nos pone de manifiesto que Jesús sentía la necesidad de dedicar tiempo temprano en la mañana para poder recibir la sabiduría y la fortaleza para el día.
Tú haces que se alegren las salidas de la mañana y de la tarde. (Sal.65:8) Así comenzaba el día con su Padre. Cristo recitaba el Salmo 66:1-5, y también cantaba porciones del Salmo 68, y 72.
“Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra” (Sal. 119:147). Y así enseñaba a otros, en una forma sencilla y modesta. Creo que es una forma hermosa de comenzar el día.Como portador de Dios, su misión constante era consolar e instruir a los que estuvieran cansados del pecado.
Hay un campo inmenso que Cristo nos ha dejado, para que hagamos lo que el nos mandó.
Hay muchas almas sedientas de tener paz en su corazón, y Jesús nos ha puesto en el camino.
Así que cada mañana debemos consagrarnos a él, con nuestros hijos. No contemos con los meses y los años; no nos pertenece. Es el ahora, presente, mañana Dios proveerá.
Cada uno trabaje por el Maestro, conforme a los dones que Dios le ha concedido. “Os invito a que cada mañana, nos consagremos a Dios cantando Salmos” Y veréis un cambio en vuestra vida.
MARANATA.
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