LOS QUE TEMEN A JEHOVÁ.

Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Malaquías 3:16.

No hay cosa más maravillosa, que saber que Dios está atento a nuestras conversaciones y oraciones. Esto es gratificante para los hijos de Dios. 

El hecho de que el Señor haya sido presentado como escuchando las palabras pronunciadas por sus testigos, nos dice: “donde estén dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” 

¿De que hablan los hijos de Dios cuando esta juntos? ¿Hablan de las cosas de Dios? Oh ¿su conversaciones son vanas como dice el apóstol Pablo?. 

Cuanto estén dos o tres congregados en su nombre dando testimonio de lo que ha hecho Dios por ellos, entonces estarán alabando de Dios. 

Y el Señor estará en medio de ellos. El texto no nos indica de que estaban hablando, no creo que estaban hablando de su ganado, de sus casas lujosas, ni tampoco de la última batalla de los Asirios.

No, Sabemos de que estaban hablando. Pero por el contexto, podemos deducir que estaban hablando del amor de Dios y como les protegían. 

Seguro estaban hablando de la venida del Mesías. Y sus corazones rebosaban de santo gozo. Malaquías les llevaba un mensaje de esperanza y consuelo para los que todavía eran fieles a Dios. 

Nos encontramos con un gran contraste entre los que se llaman hijos de Dios, y los verdaderos hijos de Dios (ver 13-15). 

Si el profeta alienta a esforzarse para hacer lo correcto, con el pensamiento dirigido a Dios, estos serían bendecidos. 

El profeta Malaquías nos está diciendo que hablemos menos de nuestras cosas materiales, y que hablemos más de las cosas de Dios.

 Pero recordemos el viejo proverbio: “ De la abundancia del corazón habla la boca”. Este hecho nos explica las declaraciones de Jesús: “porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mat. 12:37). 

Nadie está libre de este mal, debemos de cuidar nuestro lenguaje, aun cuando estemos hablando con los hermanos de la fe. 

Por qué los ángeles toman nota de todo lo que hablamos. 

Si nuestro corazones y nuestra mente están llenos de Jesús, con frecuencia hablaremos de él. 

Hablaremos de los acontecimientos proféticos, y de lo que está ocurriendo ahora. 

Hablaríamos más de la Segunda Venida de Cristo y menos de nosotros. 

El libro de memoria está delante de Jehová, y estarán inscritos los que piensan, hablan y actúan en el nombre de Jehová. 

Como dice Pablo: Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, y la paciencia, la mansedumbre. 1º Timoteo 6:11.

MARANATA.

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