LA FE DEL FUTURO.

Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria Col. 3:4

En un punto del pirineo entre (España y Francia) el gobierno empezó a construir una presa. Había pueblo en el cual iba a desaparecer, pero una familia empezó a reparar su casa y mejorar su aspecto. 

Los habitantes del pueblo se reían de la familia. Dos años después el nivel del agua empezó a subir y el pueblo empezó a desaparecer, y doscientos metros más arriba la casa de esta familia seguía dando testimonio de la fe de esta familia. 

En nuestro mundo hay mucha gente que a perdido su fe en el futuro a causa de las amenazas de una guerra nuclear. Viven a la sombra de la fatídica de una nueva esperanza ficticia sin esperanza y sin fe. Cristo, es nuestra vida. cf. Juan 1:4. 

Jesús no sólo es el autor de la vida cristiana y el propósito final de los esfuerzos humanos. 

Es la fuente de la vida y la fortaleza y la orientación para los hijos de Dios, y es la garantía de la vida inmortal. La vida del cristiano es inseparable de la de Cristo. 

“Sin fe es imposible agradara Dios” Mientras un mundo vive en una fantasia perecedera, los hijos de Dios viven con la esperanza de ver a Cristo en las nubes de los cielos.

 Cristo se manifestara. Cr. Fanerçoo, “hacer visible”, o “manifestar”. En su segunda Venida y todo ojo lo verá Apc.1:7. 

Pero este mundo vive en una ansiedad constante que produce una actitud de “comamos y bebamos porque mañana moriremos”. Esta gente olvida que hay un Dios que vive. 

“No deberíamos menospreciar la seriedad de la hora ni pretender que carece de peligro. Pero el cristianos debe de tener presente Apc.13 y 14. 

Esta familia vio como la presa se fue levantándose poco a poco, el tuvo fe de que el agua no llegaría a su casa. 

El cristianos sinceros, no debe de dejar a Dios fuera de nuestro corazón. 

Cristo dice al Padre: “Aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo” (Juan. 17:24). 

Para los creyentes el regreso de Cristo, es fe en sus promesas de futuro tiene una dimensión celestial. 

Los que han sido súbditos del reino de la gracia de Cristo en la tierra, serán entonces ciudadanos del reino de la gloria, y tendrán su propia casa en el cielo.

MARANATA.

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