EL ORO Y LA PLATA.

Mejor es la adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata, Proverbios 16:16.

A lo largo de la historia humana, siempre ha habido hombres codiciosos, su meta en la vida a sido codiciar las riquezas de los demás. 

No importa los medios o el fin, lo importante es ser más rico que mi vecino. 

Los reyes de Europa no les importaba de dónde venía el oro que atesoraba sus arcas, esto les daba más prosperidad y más relevancia hacia el pueblo. 

En algunos casos el progreso intelectual era escaso, Cuando la gente subordina sus propias ideas a la del rey y lo obedece en contra de su propia convicciones, la sabiduría y el entendimiento sufrirán. 

A lo largo de la Edad Media, existía un pueblo sin estudios, y una clase más intelectual. 

La sabiduría no solamente está en las artes y en las letras, lo que está expresando salomón, es que la sabiduría espiritual es más importante que el oro y la plata.

Pero ambas cualidades tiene mayor valor que los metales.

Si observamos a nuestro pequeño mundo este está lleno de pequeños y insatisfechos con lo que tiene. 

La historia está llena de hombres y mujeres infelices cuyo objeto en esta vida es de poseer las cosas que no tienen y esto no tiene nada de malo.

Las cosas espirituales pasan desapercibidas para las personas. Lo que es espiritual no tiene valor para muchos. El resultado es intranquilidad en el ser humano. 

Una de las cosas que más me asombra y me admira de Cristo es: El toma en cuenta cada flaqueza; procede con discernimiento. 

Conoce cada uno de nuestros pecados, pero ejerce paciencia, pues de lo contrario habríamos perecido hace mucho tiempo. 

Dios nos enseña a través de su ejemplo la sabiduría que debe de ejercer el cristiano, y la paciencia. 

Esta intranquilidad esta desilusión y este escepticismo que hay en nuestra sociedad, es debida a que no ponemos las cosas en manos de Dios. 

Nos creemos autosuficientes, pero la gran mayoría están ciegos y desnudos en cuanto a los requerimientos de Dios y en cuanto a su salvación. 

Hay una solución: ¿Cual es? Es muy sencilla: Levantemos nuestros ojos hacia el eterno propósito divino. 

Él está guiando a los hombres a lo largo de la senda de la salvación a un lugar eterno y restaurado. 

No importa que usted sea escéptico, o que seas ateo, o de otra religión de Oriente o de Occidente. 

Cristo te esta esperando para llevarnos a las mansiones celestiales, donde el oro y plata adorna los palacios. 

Pero la joya más valiosa de la tierra Nueva eres tú. 

Busquemos su sabiduría y su inteligencia que sobrepase el valor de la plata y el oro, porque el Maestro dijo: “La sabiduría es justificada por su Hijo” Mat. 11:19

MARANATA.

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